No me resisto a colgar unos párrafos de la arquitecta Lorena Garceran, recogidos de unos apuntes suyos, podría colgar otros muchos, pero para un post, en un Blog como este, expresa muy bien cuestiones que están recogidas en otros múltiples textos de "Territorios Nuestros" y estan dichos con mucha pedagogía y síntesis:
"El desarrollo de los hábitats humanos
hasta la revolución industrial fue fundamentalmente una tarea colectiva. Desde
las aldeas primitivas hasta las ciudades renacentistas, la gran mayoría de
estos hábitats no fueron el producto exclusivo de una macro-decisión
fundacional, no surgían de los tableros de especialistas en función de un “acto
de diseño”, no respondían a modelos preconcebidos, sino que eran el resultado orgánico
de un conjunto de micro-decisiones y acciones colectivas impulsadas por la
búsqueda de respuestas en el aquí y ahora, mediante procesos de prueba y error
adaptados forzosamente a los ritmos biológicos, a las necesidades y deseos de
la colectividad; son, pues, el producto de la creación a lo largo del tiempo de
una cultura colectiva de relación con el entorno específico, su configuración
física, su clima y sus recursos.
Todas las prácticas sociales han desarrollado
espacios adaptados a las mismas y todas las relaciones de jerarquía social se
han expresado en la forma de ubicaciones y sistemas de acceso preferenciales.
Y, por tanto, especialmente desde el nacimiento de la ciudad como salto
cualitativo y cuantitativo con respecto a la aldea, los conflictos sociales
siempre han tenido una importante componente espacial relacionada con las
desigualdades en las posibilidades de localización y acceso a los usos, bienes
y actividades y a los flujos de energía y de materiales.
El uso del orden
geométrico y de modelos predeterminados, que conllevaba la necesidad de un
proceso previo de configuración llegó por la necesidad de acelerar el proceso
de implantación sobre el territorio por diversos motivos, originalmente
defensivos y ofensivos. Más adelante
continuó con el urbanismo moderno como disciplina paliativa surgida frente a
las consecuencias en términos de in habitabilidad de las ciudades en acelerado
crecimiento del primer industrialismo; como instrumento de ordenación de los
nuevos usos urbanos y como mecanismo regulador del naciente mercado
inmobiliario, entre otros cometidos, perdiendo ya desde los inicios encuentro
con las disciplinas territoriales. Hay que señalar que donde mejor funcionaron
estos mecanismos en cuanto a su traducción a la forma urbana, a la arquitectura
y a los usos fue en la ciudad burguesa, donde los objetivos de habitabilidad y
calidad espacial eran intrínsecamente innegociables, como no podía ser de otra
forma.
Pero el urbanismo fue renunciando
a sus funciones configuradoras del espacio urbano y social para convertirse en
un mero mecanismo de reparto del suelo según los criterios del mercado
inmobiliario, éste último fue adquiriendo preponderancia en sí mismo hasta
llegar a finales del siglo XX al momento en que era el mercado mismo el que
lógicamente mejor podía cumplir esa única función residual, llegando el momento
en que la planificación directa por parte del mercado hizo inútil el
planeamiento urbanístico propiamente dicho."