viernes, 18 de enero de 2013

¡ TOMA CHIRINGUITOS¡


Recorro el paseo marítimo de la zona este de la ciudad de Málaga, acompañado de mi mismo unas veces a pie y otras en coche, bastantes veces al día y desde principios de año vengo asombrándome de las edificaciones que están surgiendo en la playa. Es el “renacer” de los chiringuitos. No se que es lo que tiene “costas” que cada cosa que se pone en ellas se convierte en cemento y se revaloriza al mas puro “bombazo” inmobiliario.


Los paseantes estamos viendo surgir estructuras de hormigón y columnas de cemento que conforman lo que eufemísticamente se llaman “servicios turísticos playeros” y ellos con la connivencia del Ministerio de Costas, la Junta de Andalucía, el Ayuntamiento y el Fondo Social Europeo, alguien pide más.

En estos tiempos en que los que se nos llena la boca de innovación, creatividad, sostenibilidad, energías alternativas, low cost y términos similares con los que se podrían haber planteado unos elementos “playeros” acordes con el entorno en que van a instalarse, que lo suyo es que fueran entendidos por razones paisajísticas y jurídicas  como espacios necesitados de levedad, fragilidad,  sencillez, ecología,  desarrollados con materiales poco duros, singulares ..etc. vemos aparecer al mas puro estilo del “pelotazo”, grandes estructuras de cemento, tapando vistas, ocupando espacio público, destruyendo paisaje y generando nuevas concesiones de difícil solución futura. Pero no importa, aquí todas las instituciones se han puesto de acuerdo, los chiringuiteros tienen poder y seguramente muchas más cosas, que los demás no tenemos. Suena a aviso de lo que puede  ser el futuro de los Baños del Carmen.

En nuestra vida social y personal, todos terminamos tropezando con limites de lo que deseamos o con las experiencias que conforman nuestros gustos y que desgraciadamente parecen incompatibles con lo que se empeñan otros, aunque estos no sean tales “otros” sino nuestra proyección expresada en representación política. Esto nos debería enseñar a ser modestos, y conste que lo intento,  y nos debe impulsar a llevar una vida ética en la cual reconozcamos y honremos lo que nos transciende, pero esto con estos “otros” no va. No obstante resulta difícil sobrevivir con “criaturas”  comos las  están surgiendo en las playas.

No tengo vena masoquista pero no se porque me suena en los oídos continuamente el ¡“jodete, jodete”¡, es un canto intensamente tribal, donde la gente se opone a reunirse con quienes son diferentes. Pero como ciudadano me siento poco ufano, pues la tribu de los chiringuiteros es lo que es, lo malo son los que le reconocen unos derechos que van mas allá de lo que les corresponde  y desencadenan un aluvión de cemento y quejas. ¡No queríamos chiringuitos pues toma chiringuitos¡ canto mañanero que resuena actualmente con las olas del mar.


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