miércoles, 29 de abril de 2015

EL BALNEARIO DEL CARMEN Y EL ENIGMA DEL JAZZ escrito por Vicente Seguí Perez

  
“ Al principio creo Dios los cielos y la tierra. La tierra estaba confusa y vacía y las tinieblas cubrían el haz del abismo, pero el espíritu de Dios se cernía sobre la superficie de las aguas

Aquella noche decidí bajar al Balneario del Carmen. Entrar al Balneario en la oscuridad de la noche, sin luz del dia, solo con el suave sonido de las olas más allá, reconozco que en esos momentos uno entiende porque a este espacio le cuesta tanto  ser tocado por las manos de profesionales ajenos  o de empresas o entidades que no saben que encierra este lugar. El Balneario tiene fantasmas, ninfas, duendecillos, tiene gatos nocturnos, resonancias y ecos de otros tiempos. En las ciudades hay espacios  en los que la vitalidad y la energía de hechos repetidos u ocurridos se concentran, y con un poco de sensibilidad que uno tenga detecta que algo pasa, unos son espirituales, otros de asesinatos ocurridos, de concentraciones ciudadanas, de revueltas,  de cultura y belleza que ha forjado el lugar, de recreo, fiesta y ocio...etc. Son lugares que la ciudad tiene llenos de magia como diría el arquitecto José Seguí “esos lugares llenos de magia donde el ser humano desarrolla sus emociones de vivir” o “esa percepción sensorial que provocan los vacíos o espacios públicos”.

En los baños del Carmen existía un puerto pequeño conocido como Puerto de la Cantera, donde se cargaban piedras de la Cantera de San Telmo para la construcción de las infraestructuras necesarias para el desarrollo industrial y comercial de la Málaga del siglo XIX , sobre los restos de esa cantera del Monte de San Telmo se construyó el balneario. Durante esta época la clase burguesa adoptó el gusto por lo romántico en los proyectos urbanísticos,  como fueron los casos de la Alameda Principal, el Parque o los jardines de la Concepción y el Retiro, antecedentes estilísticos de los Baños del Carmen.

El romanticismo fue un movimiento cultural y político que se originó en Alemania e Inglaterra (fue este romanticismo el que enganchó en Málaga no el proveniente de Francia), como reacción contra el racionalismo de la Ilustración y el clasicismo, en el que se da mayor prioridad a los sentimientos. Rompe con esa tradición clásica basada en un conjunto de reglas esteoritipadas. La libertad es su autentica vocación, por eso su rasgo revolucionario es incuestionable. Hay el romanticismo una manera de sentir  y de concebir la naturaleza, la vida y el hombre de manera distinta, aunque en cada país e incluso en lugares distintos dentro de una misma nación, presentará tendencias diferentes, tales como el parnasianismo, el simbolismo, el decadentismo o el prerrafaelismo, reunidas todas bajo la denominación de postromanticismo y que acabó derivando en una de las corrientes vanguardistas del siglo XX mas importantes , el surrealismo que llevó al extremo los postulados románticos.


La idea de balneario evoca un lugar bello, amable, saludable, mar que sana, contacto con la naturaleza, magia, nostalgia, silencio, serenidad. El corazón de los Baños del Carmen es el mar que brota del horizonte lejano exótico, el barro que aporta la magia y lo mítico, la energía, los minerales y las esencias que restablecerán nuestro organismo exhausto. El hacinamiento, el desarrollo insalubre generado por la revolución industrial en las ciudades, las fuertes desigualdades, la necesidad, el hambre, el divorcio entre el campo beneficioso y la ciudad  ruin, hacen que la burguesía se acerque a la naturaleza y al mar  buscando saciar el entramado  de oscuridades que la ciudad manifiesta. El balneario será para esa burguesía, la ciudad del tiempo libre, del goce, del campo verde,  que el desarrollo del ferrocarril pondrá al alcance  de los mas pudientes  y poco a poco de las clases medias. Es el lugar de encuentro entre la aristocracia y la burguesía, que en Málaga será todo mas desdibujado. Allí se canalizaran amoríos, intrigas,  bailes y fiestas, pero también es el lugar de la medicación, de la cura de enfermedades y de dolencias variadas. Estos aspectos terapéuticos empezaran a decaer después de la primera guerra mundial, que en España será mucho mas tarde, con el desarrollo de la farmacología, con sus fármacos potentes y de acción rápida. El tiempo ha pasado pero el mar, ese enorme espacio de silencio, ese mar que purifica, que limpia, que vivifica, sigue estando ahí, aunque nosotros ya no entendamos porque, ni para qué.

Fue quizás el ultimo balneario en crearse en Málaga, la ultima mirada al mar, a partir de entonces Málaga fue perdiendo ese gusto por sentir el mar. Se inauguró el 16 de julio de 1918, sobre unos antiguos baños públicos (de algo le viene el problema al actual balneario). Los baños eran cerrados, hombre y mujeres se bañaban por separado, limitados por unas esteras que impedían la visión. Años mas tarde esta costumbre se perdería por primera vez. En 1920 se construyó un embarcadero y una pantalla para proyectar películas, un restaurante con bar y terraza, una amplia zona verde, dos pista de tenis, donde se celebró el primer torneo de tenis de Málaga. En 1922 ya se ofrecían conciertos y espectáculos, así como se organizaban verbenas, que hicieron famosas las noches de verano en los baños.

A lo largo del tiempo, fue perdiendo sus funciones, como espacio de ocio para las clases altas y medias, pasando por lugar de encuentro de hippies, movimientos alternativos y mendigos, aunque ha mantenido sus referencias decadentes y románticas.

Cuando llegué aquella noche, a pesar de su descomposición o por eso, sentí que era como el Jordan o el Ganges, el mar ritualizaba los solcitos, el mar lo limpia todo, es sagrado o misterioso, no podría explicar, porqué buscamos la proximidad del agua del mar, del nacimiento de la tierra, el mar tiene algo inexplicable que actúa.

Mi amigo, manager y dinamizador del jazz malagueño Sergio García Obregozo me había avisado que aquella noche en el Balneario habría un homenaje a un saxofonista y compositor estadounidense de jazz inigualable, ya fallecido en 1986, Hank Mobley creador del estilo hard bop. Ha sido uno de los grandes del jazz del siglo XX, pero eso lo podéis ver en cualquier libro de jazz. Conforme me acercaba a la puerta, el sonido del cuarteto que tocaba era mas entrañable: Daniel Torres (saxo), Juan Galiardo (piano), Vasil Hadjigudeu (bajo) y Sergio Dias (drums), que maravilla de músicos, en aquel lugar que parecía hecho para tocar jazz.


La noche acabaría dulcemente, en una charla amena, alrededor de los músicos de jazz, sus anécdotas y su futuro, en la mesa estaba Sergio, Miguel Carrillo Villen, Charo García con su chaqueta amarilla y yo mismo....así la dimensión sagrada del mar, la vida y el jazz burbujeaban lo que nos dice el Génesis “ Al principio creo Dios los cielos y la tierra. La tierra estaba confusa y vacía y las tinieblas cubrían el haz del abismo, pero el espíritu de Dios se cernía sobre la superficie de las aguas”...y el enigma del sonido del jazz se juntaba con el silencio del mar.
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