jueves, 7 de junio de 2012

EL "TERCER ESPACIO".

 El post anterior me permite hablar, una vez mas,  sobre el concepto y el modelo de “ciudades inteligentes”. Si miramos lo que nos suele proponer Cisco Systems, creo que perdemos la oportunidad de que el enorme potencial que movilizan las tecnologías nos sirvan para urbanizar y resolver lo “incompleto” de nuestras ciudades. Los planificadores de las denominada ciudades inteligentes, como por ejemplo el caso del tecnopark Songdo en Corea del Sur, hacen en muchas ocasiones que estas tecnologías resulten poco visibles en términos urbanos y sociales, y por lo tanto, poco capaces de dialogar en feedback con los ciudadanos. El resultado es que las ciudades inteligentes  aparecen como sistemas cerrados, y esto no deja de ser una lastima. Esta situación reducirá sus vidas y se volverán obsoletas antes de tiempo.

Deberíamos fortalecer aquellas imágenes urbanas  generadas con tecnologías de “código abierto”, potenciar este tipo de escenarios positivos relacionados con la “incompletud urbana”, desplegar tecnologías de “código abierto” en una gran variedad de contextos urbanos. A la pregunta ¿puede la tecnología urbanizar nuestras ciudades  en código abierto? La respuesta es si, pero la practica de la innovación tecnológica no ha hecho hasta la fecha lo suficiente por las ciudades sino solo por las propias tecnologías. Sin embargo, lo que resuena a nivel del suelo en las ciudades y las dota de vida  y de “carácter” son sus usuarios y lo que ellos hacen. Utilicemos el ejemplo de un parque, los parques no solo se hacen con el hardware de los arbolés y los estanques sino también con el software de los usos y la practica de las personas. Como vamos a olvidar el cambio que dio el Riverside Park,  ubicado al noroeste de la isla de Manhattan en Nueva Yorke entre el río Hudson y la Riverside Drive iniciado a comienzos de los años 1870, sobre planos de Frederick Law Olmsted igualmente diseñador del Central Park ; por un tiempo fue abandonado, y descrito como una «masa sucia y fangosa» contaminada por el espeso humo de los trenes que llevaban el ganado hacia los mataderos de Manhattan, entre 1937 y 1941, los trabajos de embellecimiento del parque, se iniciaron posteriormente siendo renovado en los años 80s. Este parque de ser una zona de exclusión empezó a ser usado en parte por los dueños de los perros, caminando con ellos, individualmente o en grupo. Tener un perro en sí,  puede estar relacionado en principio con la sensación de inseguridad en ciudades de altas tasas de asesinatos y asaltos, pero la ciudad permitió  a la gente “hablar de nuevo”: pasear a los perros en grupo permitió recuperar el territorio del parque.

Otro ejemplo es la proliferación de mercados de agricultores ecológicos  y de productores urbanos, su desarrollo y evolución  ha resultado de una combinación de condiciones , pero sobre todo del deseo de los residentes de la ciudad por tener acceso a los productos frescos. Vemos como miles de decisiones individuales  han creado la posibilidad de que los mercados de agricultores artesonales y ecológicos  sean viables y lo que es mejor visibles

Hay muchas iniciativas diversas que producen este tipo de “tercer espacio”. El movimiento “Take Back the Night” fue iniciado por mujeres en San Francisco, California, en 1978  para luchar por la seguridad en las calles contra la violencia en la pornografía, la violación y el asalto sexual, de la misma manera que en la ciudad de Guatemala fue para reducir los conflictos  de las pandillas y los delincuentes en la calle, ambos  tienen  una expresión común  recuperar la ciudad: que la “ciudad hable”.. Los individuos pueden encontrara miles de formas distintas de conectarse en red mediante el dialogo, dando un paso adelante.

Todo lo contrario ha ocurrido con otros “códigos cerrados”, como las 700 personas  que murieron por golpes de calor en Chicago en el verano de 1995 por miedo a salir de sus apartamentos. Estos ejemplos  los pongo para que reflexionemos sobre ¿Cómo la tecnología actual puede ser usada para urbanizar en códigos abiertos?¿ como cientos de personas reaccionan de forma similar para producir resultados perceptibles cívicos? ¿cómo puede la apertura de códigos ser utilizada para predecir mejor y evitar los resultados negativos? Estas son preguntas y cosas que nos tenemos que plantear al reflexionar sobre como son y que son las “ciudades inteligentes”, estas no son solo tecnología, sino algo más que tiene ver con el uso participativo que hacen los ciudadanos del espacio urbano: como hablan y como crean, de las redes sociales y de la gobernanza que nos sustenta que es la que hacemos entre todos.

(este texto está influenciado por Saskia Sassen y Ana Gomez Narváez)