jueves, 24 de septiembre de 2015

EL DESARROLLO DE LA CIUDAD FUNDAMENTALMENTE SIEMPRE HA SIDO UNA TAREA COLECTIVA. texto de Lorena Garceran recogido por Vicente Seguí Pérez


No me resisto a colgar unos párrafos de la arquitecta Lorena Garceran, recogidos de unos apuntes suyos, podría colgar otros muchos, pero para un post, en un Blog como este, expresa muy bien cuestiones que están recogidas en otros múltiples textos de "Territorios Nuestros" y estan dichos con mucha pedagogía y síntesis: 

"El desarrollo de los hábitats humanos hasta la revolución industrial fue fundamentalmente una tarea colectiva. Desde las aldeas primitivas hasta las ciudades renacentistas, la gran mayoría de estos hábitats no fueron el producto exclusivo de una macro-decisión fundacional, no surgían de los tableros de especialistas en función de un “acto de diseño”, no respondían a modelos preconcebidos, sino que eran el resultado orgánico de un conjunto de micro-decisiones y acciones colectivas impulsadas por la búsqueda de respuestas en el aquí y ahora, mediante procesos de prueba y error adaptados forzosamente a los ritmos biológicos, a las necesidades y deseos de la colectividad; son, pues, el producto de la creación a lo largo del tiempo de una cultura colectiva de relación con el entorno específico, su configuración física, su clima y sus recursos.

Todas las prácticas sociales han desarrollado espacios adaptados a las mismas y todas las relaciones de jerarquía social se han expresado en la forma de ubicaciones y sistemas de acceso preferenciales. Y, por tanto, especialmente desde el nacimiento de la ciudad como salto cualitativo y cuantitativo con respecto a la aldea, los conflictos sociales siempre han tenido una importante componente espacial relacionada con las desigualdades en las posibilidades de localización y acceso a los usos, bienes y actividades y a los flujos de energía y de materiales.

El uso del orden geométrico y de modelos predeterminados, que conllevaba la necesidad de un proceso previo de configuración llegó por la necesidad de acelerar el proceso de implantación sobre el territorio por diversos motivos, originalmente defensivos y ofensivos.  Más adelante continuó con el urbanismo moderno como disciplina paliativa surgida frente a las consecuencias en términos de in habitabilidad de las ciudades en acelerado crecimiento del primer industrialismo; como instrumento de ordenación de los nuevos usos urbanos y como mecanismo regulador del naciente mercado inmobiliario, entre otros cometidos, perdiendo ya desde los inicios encuentro con las disciplinas territoriales. Hay que señalar que donde mejor funcionaron estos mecanismos en cuanto a su traducción a la forma urbana, a la arquitectura y a los usos fue en la ciudad burguesa, donde los objetivos de habitabilidad y calidad espacial eran intrínsecamente innegociables, como no podía ser de otra forma.

Pero el urbanismo fue renunciando a sus funciones configuradoras del espacio urbano y social para convertirse en un mero mecanismo de reparto del suelo según los criterios del mercado inmobiliario, éste último fue adquiriendo preponderancia en sí mismo hasta llegar a finales del siglo XX al momento en que era el mercado mismo el que lógicamente mejor podía cumplir esa única función residual, llegando el momento en que la planificación directa por parte del mercado hizo inútil el planeamiento urbanístico propiamente dicho."




miércoles, 23 de septiembre de 2015

LA GEOMETRÍA SAGRADA DE LA CIUDAD escrito por Vicente Seguí Pérez




El arquitecto José Seguí alumbró la Revista Geometría hace ya muchos años, en ella  han colaborado muchos otros profesionales como Rosa Barba, Paola Fallini, Angel Isaac, Manuel Sola Morales...etc,. Ello ocurrió cuando su impulso interior recreó la necesidad de entender mucho mas a las ciudades, los territorios y el paisaje. Cuando su obsesión por aprender, que se sigue manteniendo, le llevó a abrirse a un mundo que empezaba ser global, aunque no homogéneo.  La Revista Geometría, que organizó el VII Taller Internacional de Arquitectura, Territorio y Paisaje en Granada los días 11 y 12 de septiembre de 2015, encierra la idea de que la ciudad es una geometría “sagrada”, un archipiélago, mas que un océano, una ciudadela soportada por una Geometría Inteligente Profunda.


Reflexionando con José Seguí, desde su esplendida exposición en el Taller mencionado, podemos decir  que sabíamos que la ciudad era dual, con llenos y vacíos, pero no sabíamos que era lo mismo, o mejor que no era lo mismo, pero formaban parte de lo mismo, del silencio de la ciudad, de la ciudadanía que es la que justifica todo el ensamblaje de formas y paisajes arquitectónicos. La ciudad se mestiza continuamente, mediante una imparable e infinita mutación de formas y relaciones, pero la buena geometría sagrada sustenta y ordena ese caos, de manera que convierte el caos en orden. No es el orden que algunos desean , el orden de sus intereses, sino otro orden surgido de esa geometría profunda que siempre nos sorprende, que no se puede controlar, aunque si observar y difícil comprender.

Como dice José Seguí, no obstante las periferias que están surgiendo y han surgido en nuestras ciudades, no se hacen sin control, sino con ese control dirigido torpe aunque lleno de pertenencias interesadas. Con las periferias aprendemos a saber que es lo que no hay que hacer, se convierten, en el mejor de los casos y para desgracia,  en laboratorios de análisis sociales, nunca sabemos que pasará allí, como vivirá la gente, aunque tenemos idea por experiencia que las cosas no irán bien . Porque de alguna forma en las periferias siempre se niega todo, sobre todo aquello que tienen mas cercano y que seria su solución , el dialogo con la naturaleza, la utilización de la naturaleza , del territorio, de la topografía como elementos de hacer ciudad.

Muchas veces la incapacidad de la arquitectura, radica en esa negación, en la ignorancia de no saber quien produce las ideas, de donde proviene la inteligencia creativa. No es del ego cerrado del arquitecto, ni es de su “yo” personal, sino de una geometría inteligente, que si se sabe acudir a ella, guía el orden mas adecuado. Pero ¿qué sabe el arquitecto de hoy de geometría?¿qué sabe de Euclides? ¿qué sabe de geometría fractal? ¿qué sabe de lo sagrado, de los ciudadanos, de las emociones, o sentimientos ...? seguramente poco. Los arquitectos no se han dado cuenta que ellos no aportan la felicidad, sino que en el mejor de los casos pueden intermediar, si se llenan las manos de barro, y ser felices gracias a esa ciudadanía y geometría que les enseña el camino de la felicidad, pueden ser felices si aprenden a cooperar con esa geometría natural. Es esa geometría natural provinente del fondo de los seres humanaos y de la naturaleza la que hace la ciudad, la ciudad que nos gusta, que nos enamora, que nos da belleza, paz y silencio.

Con Antonio Barrionuevo Ferrer, arquitecto, Profesor de la E.T.S. de Arquitectura de Sevilla, desde 1973 hasta la actualidad en el Departamento de Proyectos Arquitectónicos, pudimos reflexionar con el paisaje como concepto artificial, subjetivo. El paisaje es un hecho negociado, un acuerdo común, en el hay componentes emocionales, es lo que percibimos. Mientras que el territorio, es mas un concepto objetivo, conforma nuestro tablero de juego, no tiene componentes emocionales , tiene un carácter científico y técnico, instrumental. En cualquier caso ambos están necesitados de filosofía, curiosa cuestión a nadie parece serle útil la filosofía pero todos acabamos sacudiendo a ella para comprender, a fin de cuentas somos habitantes de nuestras consecuencias.


También se puso sobre la mesa el tema de la diferencia entre las escalas de trabajo. La ciudad se organiza a través de la geografía, del territorio. Saber en que escala estoy, y como paso de una escala a otra es importante, esa conversión de escalas nos obliga a mentes distintas de análisis. El lugar, la naturaleza, la cultura y el modo de habitar el espacio se convierten en cuestiones básicas de un proyecto. En el caso de un espacio público, que es como la casa de todos, no encontramos limites, no se cierra el debate, esta es la grandeza pero también el fracaso de muchos espacios públicos, querer ser todo. Eso no ocurre con los espacios íntimos, privados. En cualquier caso los proyectos deben hacer el espacio habitable, hasta el campo debe ser habitable, cada uno tendrá sus valores propios, pero es necesario ser realistas. La arquitectura debe conectar con la sociedad solidaria. La Razón es la presencia principal de un proyecto, y el estilo debe quedar sobornado a la Razón.

Antonio Barrionuevo expuso tres proyectos propios para explicar sus ideas: la remodelación, los Jardines de Cristina en Sevilla se han convertido en un jardín poético, un jardín que homenajea a la Generación del 27; el Acondicionamiento de las Riberas del Río Guadalquivir. Margen Izquierda. Tramo: Puente de San Telmo – Puente de los Remedio y el Parque de la Bahia de Cadiz.


Fue una gran sorpresa la intervención de la arquitecta malagueña Lorena Garzaran . Si con Antonio Barrionuevo recordamos  los proyectos de la Coracha y de los alrededores de la Alzaba de Málaga, ambos  llenos de imaginación y en el primer caso demolido en una noche por la alcaldesa Celia Villalobos. Lorena nos trajo  una propuesta colectiva  para los Baños del Carmen, uno de los espacios mas emocionales y románticos que quedan en Málaga. Utilizando en su redacción una metodología de mediación y participación de los vecinos, Asociaciones e interesados, mediante un proceso de negociación. El mantenimiento de su identidad esta en la base de su recuperación . Esta espacio, postal de la ciudad, “es un paraíso entre el mar y la montaña”.

“A quien mira lejos Dios le lleva mas lejos” con esta frase empezó el arquitecto Carlos Hernandez Pezzi su exposición  La ciudad esta siendo hoy fuertemente acosada por la industria masiva turística, la hostelera, el trafico y la desigualdad que genera el paro. La ciudad no es una narración, ni un relato imaginario, ni siquiera una percepción, puede que en el hacer poético sirva , pero sobre todo es algo tangible, como la vida, única razón de ser de la ciudad. Mitigar este stress urbano es el papel de los urbanistas hoy. Es necesario devolver a los centros histéricos su razón de ser, la vida, sacarlos de su histerismo, devolverles la porosidad, su orden, su geometría y sensualidad propia. Esa mirada que Walter Benjamin  reivindicaba en el Paseante. No podemos necrosar, ni musualizar el centro para turistas, como si de un hall o recibidor se tratara, al turista se le pasea por este hall falso, sin vida, que nada sabe de la ciudad real. Ante esta estático fósil debemos oponer la transformación sostenible. La urbanística debe convertirse también en altavoz  que exponga y reivindique estas cuestiones tan actuales.


Con Carlos Hernández, llegamos a la clausura, no sin antes comprometernos todos al próximo Taller Internacional de la Revista Geometría. Allí estaremos.

lunes, 21 de septiembre de 2015

SI QUIERES PASEAR POR LA CIUDAD MIRA LAS ESTRELLAS.escrito por Vicente Seguí Pérez




El fin de semana pasado, 11 y 12 de Septiembre asistí al VII Taller Internacional que organizó la Revista Geometría en Granada sobre Arquitectura, Paisaje y Territorio, gran parte basado en la Alambra  y en todas sus simbologías y vinculaciones urbanas. José Seguí, arquitecto, animador cultural, director de la Revista Geometría e impulsor del urbanismo y de la arquitectura, una vez mas acertó a organizar este workshop apoyado por la organización de las Escuelas de Arquitectura de Jaén y Granada.

El titulo de este post, se debe a un comentario de Juan Domínguez Santos, de que las disciplinas hay que trabajarlas desde ámbitos distintos de las mismas, acertada idea, que recuerda mi forma de trabajar.

Quisiera hacer algunas reflexiones al amparo de este Taller. ¿Es la ciudad un recurso?, si y no, según lo que entendamos como recurso. Si lo entendemos como un bien, o un insumo  o un medio de subsistencia para conseguir determinados intereses o satisfacer un fin o una necesidad, como suele ser lo mas común en acumulación de capital, es un grave error, continuamente demostrado a lo largo de la experiencia urbana de la practica y gestión de las ciudades.  Reducir la ciudad a ello, nos lleva a situaciones muy anómalas, que hemos sufrido y seguimos padeciendo, actualmente con la industria masiva turística. En este sentido la ponencia de Lourdes Rojo Naranjo fue muy clarificadora para bien y para mal, al exponer como el patrimonio cultural de los cascos históricos de las ciudades  se ha reducido a un simple recurso de producción de esta industria.

La ciudad no es un recurso en si misma,  puede sustentar recursos, medios o bienes, que debidamente regulados la ciudad los sustenta y los puede generar e intercambiar. Pero la ciudad es sobre todo formas de vida y relaciones. Pero si la ciudad no es vida, no es nada. La ciudad puede sustentar relaciones de intercambio, pero no es en si misma un bien, ni  un objeto, no es una mina que se expolia, ni es un campo de trigo o de soja que se explota. No es una industria de producción, ni inmobiliaria, ni turística, ni siquiera cultural, no es un megamuseo, ni un recorrido cultural para turistas. No tenemos que hacer estrategias de producción de ciudad, ni planes de producción, aunque si podemos intentar y regular las relaciones que posibiliten la eficiencia de las pertenencias de los mercados. Pero la ciudad en si no es un mercado económico.

Ahora bien, si entendemos la palabra “recurso” del latín “recursus” y del participio perfecto de este “recurrere” (regresar), de “re” (nuevamente) y “currere” (correr), igual la ciudad tiene algo de esto, de regreso de nuevo al Hogar, al Ser, a Itaca,  a esa Inteligencia Profunda que el ser humano busca siempre conocer “Conocete a ti mismo”.


¿Cómo entender el patrimonio de las ciudades?, Juan Domínguez  Santos arquitecto y profesor de Proyectos en la ETSA de Granada, desarrolló el concepto recorriendo un significado personal. El Patrimonio es un deposito colectivo y personal de ideas y experiencias, recurrencias formales que se relacionan con el imaginario del paisaje urbano. Que gran expolio significa destruir, pero también  corromper  o momificar el patrimonio, negarles la vida, es decir el uso, su capacidad de movimiento, su capacidad de existencia urbana. El debate está aquí, no en que es lo autentico o lo falso. Si no mas bien, qué hemos negado, qué hemos corrompido de nuestro patrimonio urbano. Negar o corromper algo es dejar de amarlo, dejar de sentir o percibir un paisaje arquitectónico, arrinconarlo al margen del que hacer de la ciudad . El patrimonio no es un objeto inerme, es un paisaje material repleto de cualidades y naturalidades. Su energía y expresión es distinta  según nuestra experiencia, cambiante según nuestras necesidades. De manera que conforme abandonamos la materialidad del paisaje fluye el Ser del paisaje arquitectónico. 


¿Qué inteligencia hay detrás de esa construcción  que ha alcanzado el Ser imaginario?. Detrás de algo muy sólido puede haber algo muy frágil y fugaz y al revés. Detrás de cada microcosmos patrimonial hay otro microcosmos  para descubrir. Debemos separar los velos para intuir esa Inteligencia Profunda del edificio cuyos autores lo hicieron posible. Los limites  del paisaje son difusos. Estos patrimonios tienen la capacidad, al igual que los jardines y la naturaleza de acercarnos a pensar la ciudad, a volver a entenderla, a aportar nuevas soluciones desde ellos, y lo interesante es que son capaces de darlos en épocas distintas. Juan Domingo expuso tres ejemplos esplendidos de este patrimonio lleno de Inteligencia Profunda: La Alhambra de Granada;  Villa Adriana,  uno de los más famosos complejos arqueológicos romanos, situado a 23 kilómetros de Roma, en las afueras de Tivoli, declarado Patrimonio de la Humanidad  por la UNESCO en 1999, relacionada con la Capilla de “Notre Dame du Aut.” en Ronchamp Edificada por Le Corbusier en 1954 (Le Corbusier  dibujo y admiro Villa Adriana en su viaje a esta en 1911 y mágicamente tradujo en Roncamp) y la Catedral de Santiago de Compostela.




Pedro Salmerón, arquitecto, con un conocimiento y experiencia de trabajo con el patrimonio extenso que ha marcado fuertemente su trayectoria profesional, nos dejó un recado de actualidad, los visitantes crean stress en nuestras ciudades y en el patrimonio. El stress urbano es un hecho  hoy en muchas de nuestras ciudades y no podemos abandonarlas a su suerte.

lunes, 14 de septiembre de 2015

Y SI UN DÍA MIRÁRAMOS MAS ALLÁ DE LAS CIUDADES (cuento de Paola Klug "La Piche Canela") recogido íntegramente por Vicente Seguí Perez

tehuana y el arroyo diego huerta

Las Tepas eran mujeres indígenas de la huasteca que se negaron a participar en la construcción de ciudades e imperios pues ellas sabían por la propia voz de la madrecita tierra que cuando las piedras de los palacios y templos comenzaran a levantarse los árboles comenzarían a caer. Las Tepas decidieron por unanimidad quedarse entre los bosques y cuidar su entorno lo más que pudieran; la madrecita complacida por el amor de Las Tepas les quitó la mortalidad y las dotó de varios poderes para que pudieran cumplir la misión que ellas mismas se habían asignado: les enseñó el lenguaje del agua y les dio una voz dulce y melodiosa para que pudieran comunicarse; les dio poder sobre los ríos, riachuelos, lagunas y lagos, también sobre los árboles y las piedras. Les enseñó como cambiar su rostro y evaporarse entre la espuma y el rocío.

Con el tiempo, cada vez que un hombre entraba al bosque para cortar los árboles sin razón Las Tepas lo encantaban con su voz, le llevaban a las cuevas más profundas y le engañaban mostrándose con rostros deformes  y monstruosos para espantarle y lograr que no regresara. La táctica funcionó algunos años pero después fue cada vez mas difícil mantener a los hombres, niños y mujeres mortales alejados del bosque y de los daños que le provocaban. Algunas veces los perdían en la espesura de los árboles, en otras los dejaban encerrados entre las cuevas hasta que morían o se los llevaban río abajo hasta que se ahogaban.

Tajsén es una de las Tepas más conocidas y temidas. Cuenta la leyenda que en cierta ocasión, los ancianos cansados de no poder pelear contra ella usaron a Ichámal ;uno de sus mejores guerreros para seducir a la tepa de cabellos oscuros y trenzados. Ellos necesitaban cortar jonotes para fabricar el amate, y estos árboles se encontraban en el área del bosque que Tajsén protegía.

Ichámal llegó al río en donde Tajsén se bañaba, cuando ella sintió su presencia convirtió su hermosa cara en una masa deforme y miró con ojos de tecolote al joven guerrero, quién ya estaba preparado para cualquier impresión y no desistió; la tepa sorprendida lo encantó con su voz  con la esperanza de alejarlo, pero Ichámal  tenía  escondido un talismán hecho de obsidiana con el que repelía los hechizos de la tepa.  Tajsén llamó a la tormenta para alejar a aquel hombre pero no tuvo éxito, a pesar de la tempestad Ichámal se quedó inmóvil mirándola sin parpadear.

Una vez probado su valor Tajsén accedió a entregarse al guerrero y le invitó a entrar al río en donde ella lo esperaba ya desnuda;  mientras Ichámal caminaba entre las aguas tibias para encontrarse con la Tepa, un grupo de hombres corrió hasta los jonotes y comenzaron a cortarlos violentamente; el agua le contó lo sucedido a Tajsén  quién ya se encontraba en los brazos de Ichámal y ella estalló en ira.

Ordenó a la corriente  del río crecer y arrancar el espejo de obsidiana del cuerpo del guerrero,  llamó al ocelote para que devorara junto a sus cachorros a los intrusos y se hundió en la profundidad del río amarrando con sus largas trenzas a  Ichámal. Estando en el fondo, entre las algas y las piedras dio muerte a Ichámal con un beso de agua dulce y le dejó allí, en su tumba acuática. La muerte era el castigo por burlar a una Tepa, nunca más confió en el valor de un guerrero -pues no había honor en el engaño-

Después de que llegaron los blancos las tepas fueron llamadas ninfas, duendes, brujas o sirenas de ríos. Siguieron protegiendo los bosques pero con el tiempo fueron cercadas por el hombre y sus ciudades casi al borde de la extinción.  Aun en la actualidad, en aquellos lugares donde los hombres no pueden acceder y contaminar las aguas o deforestar los bosques se escucha la canción de Las Tepas, aunque Tajsén es la única que le canta al amor perdido en la profundidad del río.

                                      Fotografía: La Tehuana y el río / Diego Huerta

jueves, 10 de septiembre de 2015

SI HAS TOMADO VENENO, DEBES DESHACERTE DE LAS SUSTANCIAS QUE TE ENFERMAN escrito por Vicente Seguí Perez


Como economista, y como ser humano, tengo la impresión  que todo es fugaz, frágil e irreversible, que no hay tanta vuelta al equilibrio newtoniano, como la teoría económica clásica predice. Nos empeñamos en creer y repetir que después de una crisis las cosas volverán a ser iguales que antes de ella. Pero no es así, todo proceso de degradación económico es irreversible una vez iniciado. Nada es reversible, todo cambia una vez que empieza a moverse.

Einstein, a los 23 años, con un grupo de amigos, que se reunían en la Academia Olimpia, sugirió que el primer libro a leer fuera “La Gramática de la Ciencia” de Pearson. Este libro trataba sobre varios temas que más tarde se convirtieron en parte de las teorías de Einstein y otros científicos. Pearson aseveró que las leyes de la naturaleza son relativas a la habilidad perceptiva del observador. La irreversibilidad de los procesos naturales, decía Pearson, es puramente una concepción relativa. Un observador que viaja a exactamente la velocidad de la luz vería un eterno momento, o una ausencia de movimiento. Él especuló que un observador que viaje más deprisa que la luz podría ver el tiempo al revés, de manera similar a una película de cine puesta al revés. Pearson también discutió la antimateria, la cuarta dimensión y las “arrugas“ en el tiempo. Su  relativismo está basado en el idealismo, en el sentido de ideas o imágenes para la mente.

En realidad nada conduce a nada, o todo conduce a todo, es decir nada cuando se mueve vuelve al mismo sitio,  tampoco a ningún equilibrio, a lo mejor a una cierta entropía, la entropía nos describe lo irreversible de los sistemas . La palabra entropía procede del  griego (ντροπία) y significa evolución o transformación. Dicen, que después de la tempestad viene la calma, pero cuanto hemos dejado por el camino, cuanto ha quedado devastado, cuantos costes se han producido.

Georgescu-Roegen introdujo en la economía, entre otros, el concepto de entropía  (cuando planteó que la economía neoclásica era diseñada desde la física newtoniana) y realizó trabajos fundacionales que después desarrollaría en la economía evolucionaria. Sus trabajos contribuyeron significativamente a la bioeconomia o economía ecológica  La economía ecológica se define como la "ciencia de la gestión de la sustentabilidad"1 o como el estudio y valoración de la (in)sostenibilidad. Es un conjunto de modelos de producción que toman en consideración variables ambientales y sociales. A diferencia de la economía marrón que es la administración eficaz y razonable de los bienes que se basa en la persecución del crecimiento económico a través del uso óptimo de insumos y factores de producción. y son la base de la teoría del decrecimiento o del acrecimiento, ya que el objetivo es insistir en abandonar el objetivo del crecimiento por el crecimiento.

Georgescu-Roegen criticó lo que se enseñaba en las facultades de economía porque simplificaban la realidad y la falsean para adecuarla a sus ecuaciones. La encomia clásica suele suponer que el hombre tiene un comportamiento robotizada económico, que busca su máximo beneficio. Para él, «la economía debe ser una rama de la biología (...). Somos una de las especies biológicas de este planeta, y como tal estamos sometidos a todas las leyes que gobiernan la existencia de la vida terrestre». Su obra más famosa,”La Ley de la Entropía y el Proceso Económico” (1971), se considera obra fundacional la economía ecológica y base de la teoría del decrecimiento económico.

Unió lazos entre la economiza, la termodinámica y la biología, de donde surgió su bioeconomia, rama conocida posteriormente como economía ecológica. En todo movimiento de energía, siempre hay una parte de la energía que se degrada y que se pierde para el aprovechamiento humano (segundo principio de la termodinámica). «Durante el uso de materiales, siempre hay una parte que se degrada y que es imposible de recuperar, ni con los métodos más futuristas de reciclado.».

Su conclusión más importante es que el crecimiento económico no es la solución a los problemas económicos, y es la principal causa del problema ambiental: «Es imposible un crecimiento exponencial indefinido en un medio ambiente que es finito.» Por ello, defendió una disminución gradual de la población hasta el nivel que pueda alimentarse con agricultura ecológica. También remarcó la gravedad de fabricar mercancías con alto coste ecológico. Decía que «las ventajas de la mecanización son incuestionables», pero «tales ventajas no dejan de tener un precio». Georgescu-Roegen no es contrario ala tecnología, sino que resalta la necesidad de reflexionar sobre sus aplicaciones para distribuir bien los finitos recursos del planeta, entre todas las generaciones. El problema es complejo, pero concluye algo extraordinariamente triste y preocupante, argumentado de forma intachable: «Todo niño nacido ahora significa una vida humana menos en el futuro. Pero también, todo automóvil Cadillac producido en cualquier momento significa menos vidas en el futuro.» El factor limitante no es la finita energía solar, sino los recursos naturales de nuestro planeta. Le preocupaba el poco uso industrial de la energía solar y el problema de los residuos, y propuso seriamente cerrar los ciclos de materiales, pero principalmente reducir el consumo de recursos: Los ciudadanos de los países ricos deben hacer conciencia acerca de los "crímenes bioeconómicos" que suponen actos como cambiar de coche o de teléfono frecuentemente, redecorar sus casas. Es preciso superar las modas, orientar la fabricación hacia productos de alta duración y facilitar la reparación de los bienes (no tirar unos zapatos por un cordón roto): sacar el máximo partido a todo lo que usamos.

«Cualquier producción necesita transformar una energía accesible en calor, y el proceso es irreversible. Es decir, la energía utilizada ya no puede servir. Extraemos, utilizamos, desechamos... y regresamos al inicio del ciclo, con la diferencia de que el nivel de energía disponible disminuyó.”



La vida  no se repite, no hay segundas oportunidades, para volver al punto de partida, nada vuelve a ser lo mismo, nada es reversible. Por eso necesitamos gestión inteligente de los recursos, dejar de crecer “Si has tomado veneno, debes deshacerte de las sustancias que te enferman. Permitámonos entonces aplicar un lavado de estómago a las doctrinas del crecimiento económico que nos han sido introducidos en alimentación forzada durante décadas”. prestar atención a lo que no vuelve, a lo que es frágil en nuestro entorno.

lunes, 7 de septiembre de 2015

EL COMPROMISO COMÚN ES SOMOS TODO UNO (reflexionando con Marina Garcés) escrito por Vicente Seguí Perez


El advaíta es un compromiso del Todo Uno con nosotros y de nosotros con el Todo Uno. El compromiso común es Somos Todo Uno. Desde este compromiso de Somos Todo Uno encontraremos respuestas e incluso soluciones comprensivas, a nuestro yo individual creado por nuestra mente parlante. Pobre mente parlante, tan vilipendiada, azotada, manipulada, contaminada, dualizada, neurotizada, asediada...¿que yo individual puede surgir de ahí?.

El Todo Uno no es un mercado, ni un pensamiento, ni un relato, ni una ideología, ni un espectáculo, ni un éxito, ni una iluminación....y menos única e individual. Aunque si lo entendemos como aquello que Acoge toda la diversidad sin juzgar, lo que simplemente Es, igual nos acercamos.

Desde esa Consciencia Comprensiva Una, que no única, podemos interpelarnos y encontrarnos, inventar realidades que nos hablan y con las que hablamos. Por eso, el Todo Uno es igualitario y disfuncional. No es elitista, ni extraño, puede incluso ser extravagante pero no normal, ni normativo. En el Todo Uno nos dejamos tocar por lo que otros piensan. Nos sentimos formas enamoradas, cuerpos enamorados sustentados en esa profundidad que todo lo Acoge, en la Consciencia Hogar. No somos torres de marfil, ni vasos de lujo bien horneados, somos encuentro, deseo, relaciones, impulsos, Hogar.

En el Todo Uno no hay normalidad, ni perfección, ni mecanicidad, ni protocolos normalizados, ni sentido común, porque todo es disfuncional, millones de formas con funciones distintas, que no saben para que son.

El advaita es un arte callejero, de calle, no es un abrigo, es una piel, no es un vestido, es la carne, no es una postura intelectual, es una forma de vida para Vivir. No se deja en el ropero, ni en el puesto de trabajo, ni en los bares, ni en las universidades, ni en los Centros de Yoga y Meditación...la llevamos con nosotros, la respiramos, ponemos  atención en nuestra vida. En el advaita no separamos entre el ágora, el espacio público de la vida social y política, del oikos, la casa, donde tiene lugar la reproducción de la vida. Entre el pensar y el no pensar, esta separación no existe. Siempre se piensa y se transforma el mundo, trabajando, haciendo comidas, cuidando a nuestros hijos  y a nuestros mayores, riendo con amigos, jugando, cantando, contando juegos. Pero el ser humano no es esas cosas, no es el pensar, ni somos sumisos de ello. El acto de pensar depende de nosotros, no es ningún acto solemne, ni sagrado, es una acción nuestra como el caminar o el escribir.

Ser sumiso es una determinada manera de dependencia, pero podemos tener otra dependencia de carácter mas libre que sustente nuestra vida. No somos individuos autosuficientes, claro que tenemos dependencias, de cuerpos de otros, de miradas, de palabras  o manos de otros, pero no tenemos porque ser sumisos, nuestra dependencia puede ser libre  y compasiva. Somos radicalmente interdependientes, pero esta interdependencia no anula nuestra libertad. Es una ficción que para vivir libres solo se puede vivir aislado, separado, en soledad. Nunca estamos solos. La separación que a veces sentimos, el sentimiento de aislamiento o soledad que a veces nos inunda, proviene de la dualidad que sufre ese yo individual neurotizado.


Es cierto que nada es reversible, pero todo se puede reaprender, regrabar, en esto consiste aprender a vivir, en esto consiste el arte, la artesanía, o la poesía. Siempre podemos retomar nuevas visiones, representaciones  o ideas, el desafío es hacerlo libremente, sin sumisión, porque así podremos transformar. Sin acoger, sin comprender, sin compasión , sin receptividad, no puede haber novedad. La novedad no es la tiranía de la moda, del consumo de lo ultimo. La novedad es lo que la vida nos trae producto de nuestra transformación.