jueves, 29 de noviembre de 2012

LOS LÍMITES


¿Cómo se fijan los límites? ¿Qué límites no son negociables?¿Cómo los decidimos?

Trata de mantener una actitud abierta al diálogo con tu hijo/a y deja que participe lo máximo posible en la creación y mantenimiento de normas de conductas familiares.
Ser autoritario, tener normas y reglas, no significa generar frustración, rencor o trastornos en nuestros hijos. Las consecuencias de sus actos deben ser esporádicas, previsibles, y claramente delimitadas.

Debes seleccionar y discernir las conductas que quieres cambiar. No identifiques la personalidad de tu hijo con su comportamiento. Tu hijo no se comporta igual en todas las situaciones, no lo hace con la misma frecuencia o intensidad, y es importante que identifiques que situaciones fomentan ese tipo de comportamientos, es decir, que ocurre antes y que ocurre después.


¿Qué ocurre? ¿Cuándo ocurre? ¿Con quién? ¿Cuánto? ¿Cómo?

Si quieres que aumente una conducta trata de que a su ejecución le siga una gratificación. Debes conocer que cosas motivan a tu hijo.

Si quieres que disminuya una conducta trata de que a su ejecución le siga la desaparición de una gratificación o la aparición de un castigo. Esto tiene que estar SIEMPRE HABLADO CON ANTERIORIDAD. Debe saber el niño que va a ocurrir. Y sobre todo es eficaz si es ESPORADICO, PREVISIBLE Y DELIMITADO.

Es importante que al principio seamos constantes para que poco a poco se noten cambios. Cuando el aprendizaje se vaya consiguiendo, debes ir poco a poco disminuyendo gradualmente las gratificaciones. Pero nunca dejes de decir palabras de aliento, sonrisas o un poco de atención cuando se realicen las conductas deseadas.

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