Las lluvias torrenciales y las inundaciones de este fin de
semana no nos deben impedir ver el “bosque” real de nuestros problemas: el
elevado desempleo, el cierre masivo de empresas, el empobrecimiento de nuestros
barrios, la depresión de nuestras vidas...etc. La ciudad ha respondido mejor de
lo que esperábamos a las fuertes lluvias
que han tenido lugar el fin de semana pasado. Gracias a las obras de
infraestructuras que se han desarrollado en estos últimos treinta años y a esos servicios públicos y
ciudadanos tan denostados últimamente como son los bomberos, policías,
servicios operativos y de limpieza, la prevención pública de emergencias y
otros muchos trabajadores públicos y ciudadanos la ciudad ha sabido reponerse
en menos de 24 o 48 horas y volver con naturalidad a su vida cotidiana.
Evidentemente tenemos puntos débiles
sobradamente conocidos que necesitan inversiones en mejoras de infraestructuras
y de habitabilidad: el área central, los arroyos del litoral este, o algunas
barriadas periféricas dejan entrever deficiencias de habitabilidad e
infraestructuras que deben urgentemente mejorarse, entre otras cosas
Lo
que si es una desgracia es que esos “puntos débiles” que necesitamos mejorar no
vamos a tener la capacidad de inversión para poder llevarlos al nivel que la
exigencia de prevención nos obligaría. El dogmatismo de las políticas de
austeridad extrema están suponiendo para esta ciudad mayor desastre que las lluvias
torrenciales. Nuestra ciudad no da señales de salir del marasmo en que esta
sumida y sigue hundida en la recesión y en el paro sin previsiones que surgieran cuando podemos salir de esta
deprimente situación. Esta es nuestra verdadera lluvia torrencial, la que nos
esta ahogando realmente.
Muchos
economistas y ciudadanos venimos reclamando un cambio de conducta , una visión
mas pragmática y menos dogmática, mas cercana a la realidad y menos al dogma.
La absurda austeridad en que nos hemos
metido, plagada de tics, de mezquindades, y de ignorancia es una ratonera que empeora cada vez mas las cosas y
nuestros “puntos débiles” los está convirtiendo en fuertes socavones.
De
lo que se trata hoy es de gestionar mejor y a la vieja pregunta de si dar
prioridad a lo urgente o a lo importante, optar ahora por lo urgente: el
crecimiento, la innovación y el empleo, lo urgente ahora es evitar la
agonía y recuperar las constantes
vitales.
En
estos momentos tenemos que buscar salidas propias, aglutinar todos los esfuerzos
políticos y sociales posibles, siempre que sea posible que nuestros políticos
sean capaces de reformarse, problema articular de la situación económica y
social actual. Articular proyectos esperanzadores, que no van a surgir sobre la base de los recortes
sin mas. Tenemos que salir de este masoquismo en que estamos sumidos e impulsar una gran alianza de fuerza sociales, empresariales y
políticas para promover una economía productiva y acabar con esta economía depredadora que esta socavando las bases
del bienestar de esta ciudad .
Málaga
dispone de virtudes civiles que
favorecen este tipo de acuerdos que
hacen posibles proyectos de futuro, y dispone de capacidades empresariales y
sociales para lograrlo. Este es el reto real actual, no nos perdamos con
debates que no son urgentes y que además no tiene que ver con la realidad, hoy
sabemos cuales son nuestros “puntos débiles”, sin demora enfrentémonos a ellos
sin dogmas. Lo urgente hoy es crecer y generar empleo, no nos olvidemos, el
resto la ciudad responde mejor de lo que esperamos.
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