jueves, 15 de octubre de 2015

LA PARTICIPACIÓN EN EL PROYECTO URBANO. EL CASO DE LOS BAÑOS DEL CARMEN. escrito por Vicente Seguí Pérez


Voy a hacer referencia, en este post, a la metodología de participación usada por Lorena Garceran, en su tesis doctoral para el diseño del proyecto de los Baños del Carmen. La utilización de una metodología de participación en la definición de un proyecto urbano, dota a la tesis de un significado especial, nos obliga a entrar en la concertación ciudadana y a observar al arquitecto como mediador en el diseño de la solución urbana. No cabe duda que estamos ante un planteamiento trasgresor, no nuevo, pero académicamente poco usado. La ciudad deja de ser una mercancía o un acto creativo aislado, y empieza a ser entendida como un acto colectivo, que no encorseta la creatividad, pero si permite  que el proceso de participación incorpore al proyecto una estructura de conocimiento que mejora con nuevos enfoques el diseño del proyecto o plan.

El método usado, en esta tesis para elaborar el proyecto sobre los Baños del Carmebn,  es el de la Charrete (www.charretteinstitute.org), del que existe un Instituto Nacional en EE.UU, como organización educativa sin fines de lucro que vela por su desarrollo y aplicación para soluciones de colaboración en la planificación y diseño de proyectos.

La palabra francesa Charrette significa carreta - carro y hace alusión al esfuerzo creativo final que los estudiantes de arquitectura, arte o diseño, debían realizar antes de finalizar la entrega de un trabajo o proyecto. El uso de este concepto proviene del siglo IX en Paris, cuando los maestros de la Escuela de Bellas Artes recogían en una carreta los dibujos de los estudiantes, segundos después de que estos se corrigieran o agregaran elementos, antes de darlos por finalizados y entregarlos a manos de su evaluador. El actual método de La Charrete toma de aquellos episodios, la noción del trabajo creativo e intenso participado para reflejar su proceso. El Sistema Charrette tiene lugar en muchas disciplinas incluyendo la planificación urbana. Este sistema se ha convertido en una técnica de consulta  y cooperación con todas las partes interesadas, además resulta muy útil si existen intereses contrapuestos.

Es por tanto un sistema o proceso colaborativo, riguroso e inclusivo, en que un grupo o un solo diseñador elabora una solución a un problema de diseño y define estrategias  y planes que permiten la puesta en practica de proyectos y planes para una determinada comunidad . Para ello, aprovecha los talentos y las energías de todas las partes interesadas con el fin de crear y apoyar un plan viable de transformación que representa el cambio que una comunidad aspira a lograr para sí. Todas las opiniones valen por igual, la idea es que todos se escuchen y nadie domine el proceso de toma de decisión.

Esta metodología se funda en la implementación de sesiones de trabajo, con talleres abiertos a todo el público. Principalmente, se basa en reuniones guiadas por un interlocutor preparado, que hace de mediador entre partes disidentes. a menudo tienen lugar en varias sesiones en las que el grupo se divide en subgrupos. Cada subgrupo luego presenta su trabajo con el grupo completo como material para su posterior diálogo. Tales charrettes sirven como una forma de generar rápidamente una solución de diseño, integrando las aptitudes y los intereses de un grupo diverso de personas. Estamos ante un sistema de colaboración cruzada que tiene un objetivo, llegar a un proyecto consensuado, donde partes beligerantes exponen entre sí sus intereses. Es una obligación de los talleres de La Charrette llegar a soluciones en tiempos delimitados establecidos con anterioridad.

El mayor beneficio de utilizar un método de estas características está en involucrar a la comunidad, y es más probable que de esta manera la aproximación final al proyecto deseado, sea más positiva al haber participado dicha comunidad en su formulación, planificación y diseño. Esto porque el proceso provee un marco que permite crear una visión común con todos los grupos interesados, permitiendo que todos perciban que han participado en los resultados que se alcanzan y que estos son compartidos.

Este tipo de charrette (a veces llamado una investigación de diseño) suele implicar intensas reuniones, posiblemente de varios días, con la participación de trabajadores municipales, mediadores y residentes. 

Un charrette con éxito promueve soluciones conjuntas colaboradas y trata de calmar las actitudes de confrontación típicas entre los residentes y los desarrolladores. Las charrettes tienden a involucrar a grupos pequeños, siendo a veces necesarios que los que participen puede que no representen a todos los residentes, incluso puede que no tengan la autoridad moral para que los represente, pero esto no disminuye  el valor del proceso. Los residentes que participan disponen de una situación singular en el proceso de planificación. No obstante estas posibles deficiencias, a los desarrolladores (mediadores) y funcionarios municipales el sistema charrettes les permite lograr una adecuada participación comunitaria, integrar nuevos criterios, con el objetivo de evitar costosas batallas legales y encontrar mejores enfoques. 

 En los campos del  diseño, como en arquitectura, paisajismo, diseño industrial, diseño de interiores,  o  en el diseño gráfico, el término charrette puede referirse a un intenso período de trabajo de una persona o un grupo de personas antes de una fecha límite. El período de un charrette normalmente implica un esfuerzo de enfoque sostenido.  Hay experiencias de la charrette,  en la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Rice, en la Universidad de Virginia, en el New College de Florida, en Paris.....etc .
.
En algunos casos, una charrette se puede mantener de forma periódica, como la charrette anual llevada a cabo por el departamento de Arquitectura del Paisaje y Planificación Ambiental de la Universidad del Estado de Utah. Cada febrero, la facultad decide un sitio en colaboración con las comunidades y grupos en todo Utah, y mantienen 5 días intensos de diseño charrette centrándose en las cuestiones particulares de esa comunidad o región. La charrette comienza con una visita de campo, seguido de sesiones de trabajo de todo el día acompañado de interesados ​​en el proyecto y arquitectos paisajistas de voluntarios y otros profesionales, y supervisado por estudiantes avanzados y graduados de nivel. El trabajo final es luego presentado a la comunidad.

Este proceso de participación, al igual que otros,  ofrece a los estudiantes y profesionales la oportunidad de trabajar juntos en un entorno cercano en escenarios de diseño del mundo real, y a menudo proporciona a las comunidades oportunidades y enfoque distintos, mas eficientes y de menos coste.

Muchos municipios de todo el mundo desarrollan planes a largo plazo de la ciudad o nuevas maneras de entender los procesos urbanos,  a través de múltiples charrettes - tanto comunales y profesionales. Éxitos notables se han obtenido en la costa oeste de Canadá, en la ciudad de de Vancouver (Columbia Britanica), en el Distrito de Tofino. Este ganó un Premio a la Excelencia en Planificación después de una exitosa charrette de varios días. Por lo que también estos sistemas de participación permiten atraer inversiones públicas y privadas.

En la practica hoy, se podrían describir los sistemas de participación como una sesión donde se juntan personas que no se conocen, dentro de un plazo ridículamente corto, para solucionar lo imposible. La magia de lo que ahí puede ocurrir es capaz de cambiar el mundo. Yo he participado en varias y la interacción de ideas y personas de distinto origen e intereses que se produce es enormemente valiosa y creativa. En torno a un problema común se obtienen resultados altamente efectivos y se generan bases de diseño honestas y simples. Además son excelentes herramientas para el conocimiento y la acción. Son toda una experiencia y un buen método docente de aprendizaje para la solución de problemas urbanos..