viernes, 30 de noviembre de 2012

LA EDUCACIÓN INTELIGENTE


Es la que ayuda a los hijos a desear hacer las cosas bien, a estar motivados. Es aprender a aceptar las normas por convencimiento. A medida que los niños aprenden a aceptar las normas por miedo a una sanción o en espera de un premio, es necesario ir enriqueciendo el aprendizaje con razonamientos.

Tratar de razonar con tus hijos por qué aceptas una petición suya o rechazas una demanda o exiges una conducta determinada. Si después de razonar y escuchar a tu hijo, no llegáis a acuerdo, recuerda que tu pones las normas. Tu decisión es la última. A medida que crece nuestro hijo debemos utilizar con mas frecuencia una disciplina razonada e inteligente además de seguir con gratificaciones y consecuencias, con el objetivo de que sea él mismo quien controle su propia conducta.



  • Toda conducta se aprende, y por tanto, se puede cambiar.
  • Siempre que sea posible, deja que tu hijo reciba las consecuencias lógicas y naturales de su conducta y no castigos artificiales puestos por uno.
  • Explica, explica, explica, no te canses de explicarle las cosas. Mil veces si es necesario. Es imposible controlar lo que nuestros hijos aprenden. No te canses de hablar (NO DISCUTIR) con tu hijo.
  • Cuando busques un cambio. Propón pequeñas metas fáciles de conseguir. Una gran meta no alcanzada es una frustración. Una pequeña meta conseguida es una victoria. No tengas prisa.
  • No te frustres, la motivación natural no existe, llegar a realizar algo o disfrutar de algo requiere tiempo y esfuerzo.

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