jueves, 10 de septiembre de 2015

SI HAS TOMADO VENENO, DEBES DESHACERTE DE LAS SUSTANCIAS QUE TE ENFERMAN escrito por Vicente Seguí Perez


Como economista, y como ser humano, tengo la impresión  que todo es fugaz, frágil e irreversible, que no hay tanta vuelta al equilibrio newtoniano, como la teoría económica clásica predice. Nos empeñamos en creer y repetir que después de una crisis las cosas volverán a ser iguales que antes de ella. Pero no es así, todo proceso de degradación económico es irreversible una vez iniciado. Nada es reversible, todo cambia una vez que empieza a moverse.

Einstein, a los 23 años, con un grupo de amigos, que se reunían en la Academia Olimpia, sugirió que el primer libro a leer fuera “La Gramática de la Ciencia” de Pearson. Este libro trataba sobre varios temas que más tarde se convirtieron en parte de las teorías de Einstein y otros científicos. Pearson aseveró que las leyes de la naturaleza son relativas a la habilidad perceptiva del observador. La irreversibilidad de los procesos naturales, decía Pearson, es puramente una concepción relativa. Un observador que viaja a exactamente la velocidad de la luz vería un eterno momento, o una ausencia de movimiento. Él especuló que un observador que viaje más deprisa que la luz podría ver el tiempo al revés, de manera similar a una película de cine puesta al revés. Pearson también discutió la antimateria, la cuarta dimensión y las “arrugas“ en el tiempo. Su  relativismo está basado en el idealismo, en el sentido de ideas o imágenes para la mente.

En realidad nada conduce a nada, o todo conduce a todo, es decir nada cuando se mueve vuelve al mismo sitio,  tampoco a ningún equilibrio, a lo mejor a una cierta entropía, la entropía nos describe lo irreversible de los sistemas . La palabra entropía procede del  griego (ντροπία) y significa evolución o transformación. Dicen, que después de la tempestad viene la calma, pero cuanto hemos dejado por el camino, cuanto ha quedado devastado, cuantos costes se han producido.

Georgescu-Roegen introdujo en la economía, entre otros, el concepto de entropía  (cuando planteó que la economía neoclásica era diseñada desde la física newtoniana) y realizó trabajos fundacionales que después desarrollaría en la economía evolucionaria. Sus trabajos contribuyeron significativamente a la bioeconomia o economía ecológica  La economía ecológica se define como la "ciencia de la gestión de la sustentabilidad"1 o como el estudio y valoración de la (in)sostenibilidad. Es un conjunto de modelos de producción que toman en consideración variables ambientales y sociales. A diferencia de la economía marrón que es la administración eficaz y razonable de los bienes que se basa en la persecución del crecimiento económico a través del uso óptimo de insumos y factores de producción. y son la base de la teoría del decrecimiento o del acrecimiento, ya que el objetivo es insistir en abandonar el objetivo del crecimiento por el crecimiento.

Georgescu-Roegen criticó lo que se enseñaba en las facultades de economía porque simplificaban la realidad y la falsean para adecuarla a sus ecuaciones. La encomia clásica suele suponer que el hombre tiene un comportamiento robotizada económico, que busca su máximo beneficio. Para él, «la economía debe ser una rama de la biología (...). Somos una de las especies biológicas de este planeta, y como tal estamos sometidos a todas las leyes que gobiernan la existencia de la vida terrestre». Su obra más famosa,”La Ley de la Entropía y el Proceso Económico” (1971), se considera obra fundacional la economía ecológica y base de la teoría del decrecimiento económico.

Unió lazos entre la economiza, la termodinámica y la biología, de donde surgió su bioeconomia, rama conocida posteriormente como economía ecológica. En todo movimiento de energía, siempre hay una parte de la energía que se degrada y que se pierde para el aprovechamiento humano (segundo principio de la termodinámica). «Durante el uso de materiales, siempre hay una parte que se degrada y que es imposible de recuperar, ni con los métodos más futuristas de reciclado.».

Su conclusión más importante es que el crecimiento económico no es la solución a los problemas económicos, y es la principal causa del problema ambiental: «Es imposible un crecimiento exponencial indefinido en un medio ambiente que es finito.» Por ello, defendió una disminución gradual de la población hasta el nivel que pueda alimentarse con agricultura ecológica. También remarcó la gravedad de fabricar mercancías con alto coste ecológico. Decía que «las ventajas de la mecanización son incuestionables», pero «tales ventajas no dejan de tener un precio». Georgescu-Roegen no es contrario ala tecnología, sino que resalta la necesidad de reflexionar sobre sus aplicaciones para distribuir bien los finitos recursos del planeta, entre todas las generaciones. El problema es complejo, pero concluye algo extraordinariamente triste y preocupante, argumentado de forma intachable: «Todo niño nacido ahora significa una vida humana menos en el futuro. Pero también, todo automóvil Cadillac producido en cualquier momento significa menos vidas en el futuro.» El factor limitante no es la finita energía solar, sino los recursos naturales de nuestro planeta. Le preocupaba el poco uso industrial de la energía solar y el problema de los residuos, y propuso seriamente cerrar los ciclos de materiales, pero principalmente reducir el consumo de recursos: Los ciudadanos de los países ricos deben hacer conciencia acerca de los "crímenes bioeconómicos" que suponen actos como cambiar de coche o de teléfono frecuentemente, redecorar sus casas. Es preciso superar las modas, orientar la fabricación hacia productos de alta duración y facilitar la reparación de los bienes (no tirar unos zapatos por un cordón roto): sacar el máximo partido a todo lo que usamos.

«Cualquier producción necesita transformar una energía accesible en calor, y el proceso es irreversible. Es decir, la energía utilizada ya no puede servir. Extraemos, utilizamos, desechamos... y regresamos al inicio del ciclo, con la diferencia de que el nivel de energía disponible disminuyó.”



La vida  no se repite, no hay segundas oportunidades, para volver al punto de partida, nada vuelve a ser lo mismo, nada es reversible. Por eso necesitamos gestión inteligente de los recursos, dejar de crecer “Si has tomado veneno, debes deshacerte de las sustancias que te enferman. Permitámonos entonces aplicar un lavado de estómago a las doctrinas del crecimiento económico que nos han sido introducidos en alimentación forzada durante décadas”. prestar atención a lo que no vuelve, a lo que es frágil en nuestro entorno.