Voy
a hacer referencia, en este post, a la metodología de participación usada por
Lorena Garceran, en su tesis doctoral para el diseño del proyecto de los Baños
del Carmen. La utilización de una metodología de participación en la definición
de un proyecto urbano, dota a la tesis de un significado especial, nos obliga a
entrar en la concertación ciudadana y a observar al arquitecto como mediador en
el diseño de la solución urbana. No cabe duda que estamos ante un planteamiento
trasgresor, no nuevo, pero académicamente poco usado. La ciudad deja de ser una
mercancía o un acto creativo aislado, y empieza a ser entendida como un acto
colectivo, que no encorseta la creatividad, pero si permite que el proceso de participación incorpore al
proyecto una estructura de conocimiento que mejora con nuevos enfoques el
diseño del proyecto o plan.
El método usado, en esta tesis para elaborar el proyecto
sobre los Baños del Carmebn, es el de
la Charrete (www.charretteinstitute.org), del que existe un Instituto Nacional
en EE.UU, como organización educativa sin fines de lucro que vela por su
desarrollo y aplicación para soluciones de colaboración en la planificación y
diseño de proyectos.
La
palabra francesa Charrette significa carreta - carro y hace alusión al esfuerzo
creativo final que los estudiantes de arquitectura, arte o diseño, debían
realizar antes de finalizar la entrega de un trabajo o proyecto. El uso de este
concepto proviene del siglo IX en Paris, cuando los maestros de la Escuela de
Bellas Artes recogían en una carreta los dibujos de los estudiantes, segundos
después de que estos se corrigieran o agregaran elementos, antes de darlos por
finalizados y entregarlos a manos de su evaluador. El actual método de La
Charrete toma de aquellos episodios, la noción del trabajo creativo e
intenso participado para reflejar su proceso. El Sistema Charrette tiene lugar
en muchas disciplinas incluyendo la planificación urbana. Este sistema se ha
convertido en una técnica de consulta y
cooperación con todas las partes interesadas, además resulta muy útil si
existen intereses contrapuestos.
Es
por tanto un sistema o proceso colaborativo, riguroso e inclusivo, en que un
grupo o un solo diseñador elabora una solución a un problema de diseño y define
estrategias y planes que permiten la
puesta en practica de proyectos y planes para una determinada comunidad . Para ello, aprovecha los talentos y las energías de
todas las partes interesadas con el fin de crear y apoyar un plan viable de
transformación que representa el cambio que una comunidad aspira a lograr para
sí. Todas las opiniones valen por igual, la idea es que todos se escuchen y
nadie domine el proceso de toma de decisión.
Esta
metodología se funda en la implementación de sesiones de trabajo, con talleres
abiertos a todo el público. Principalmente, se basa en reuniones guiadas por un
interlocutor preparado, que hace de mediador entre partes disidentes. a menudo
tienen lugar en varias sesiones en las que el grupo se divide en subgrupos. Cada subgrupo luego presenta su
trabajo con el grupo completo como material para su posterior diálogo. Tales charrettes sirven como
una forma de generar rápidamente una solución de diseño, integrando las
aptitudes y los intereses de un grupo diverso de personas. Estamos ante un sistema de colaboración cruzada que tiene un objetivo,
llegar a un proyecto consensuado, donde partes beligerantes exponen entre sí
sus intereses. Es una obligación de los talleres de La Charrette llegar
a soluciones en tiempos delimitados establecidos con anterioridad.
El
mayor beneficio de utilizar un método de estas características está en
involucrar a la comunidad, y es más probable que de esta manera la aproximación
final al proyecto deseado, sea más positiva al haber participado dicha
comunidad en su formulación, planificación y diseño. Esto porque el proceso
provee un marco que permite crear una visión común con todos los grupos
interesados, permitiendo que todos perciban que han participado en los
resultados que se alcanzan y que estos son compartidos.
Este tipo de charrette (a veces llamado
una investigación de diseño) suele implicar intensas reuniones, posiblemente de
varios días, con la participación de
trabajadores municipales, mediadores y
residentes.
Un charrette con éxito promueve
soluciones conjuntas colaboradas y trata de calmar las actitudes de
confrontación típicas entre los residentes y los desarrolladores. Las charrettes tienden a involucrar a
grupos pequeños, siendo a veces necesarios que los que participen puede que no
representen a todos los residentes, incluso puede que no tengan la autoridad
moral para que los represente,
pero esto no disminuye el valor del
proceso. Los residentes que
participan disponen de una situación singular en el proceso de planificación. No obstante estas posibles
deficiencias, a los desarrolladores (mediadores) y funcionarios municipales el
sistema charrettes les permite lograr una adecuada participación comunitaria,
integrar nuevos criterios, con el
objetivo de evitar costosas batallas legales y encontrar mejores enfoques.
En los campos del
diseño, como en arquitectura, paisajismo, diseño industrial, diseño de interiores, o
en el diseño gráfico, el término charrette puede referirse a un intenso período
de trabajo de una persona o un grupo de personas antes de una fecha límite. El período de un charrette normalmente
implica un esfuerzo de enfoque sostenido.
Hay experiencias de la charrette, en
la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Rice, en la Universidad de Virginia, en el New
College de Florida, en Paris.....etc .
En algunos casos, una charrette se puede
mantener de forma periódica, como la charrette anual llevada a cabo por el
departamento de Arquitectura del Paisaje y Planificación Ambiental de la
Universidad del Estado de Utah. Cada
febrero, la facultad decide un sitio en colaboración con las comunidades y
grupos en todo Utah, y mantienen 5 días intensos de diseño charrette
centrándose en las cuestiones particulares de esa comunidad o región. La charrette comienza con una visita
de campo, seguido de sesiones de trabajo de todo el día acompañado de
interesados en el proyecto y arquitectos paisajistas de voluntarios y otros
profesionales, y supervisado por estudiantes avanzados y graduados de nivel. El trabajo final es luego presentado a
la comunidad.
Este proceso de participación, al igual
que otros, ofrece a los estudiantes y
profesionales la oportunidad de trabajar juntos en un entorno cercano en
escenarios de diseño del mundo real, y a menudo proporciona a las comunidades
oportunidades y enfoque distintos, mas eficientes y de menos coste.
Muchos municipios de todo el mundo
desarrollan planes a largo plazo de la ciudad o nuevas maneras de entender los
procesos urbanos, a través de múltiples
charrettes - tanto comunales y profesionales. Éxitos notables se han obtenido
en la costa oeste de Canadá, en la ciudad de de Vancouver (Columbia Britanica), en el Distrito de Tofino. Este ganó un Premio a la Excelencia en
Planificación después de una exitosa charrette de
varios días. Por lo que también estos sistemas de participación
permiten atraer inversiones públicas y privadas.
En la practica hoy, se
podrían describir los sistemas de participación como una sesión donde se
juntan personas que no se conocen, dentro de un plazo ridículamente corto, para
solucionar lo imposible. La magia de lo que ahí puede ocurrir es capaz de
cambiar el mundo. Yo he participado en varias y la interacción de ideas y
personas de distinto origen e intereses que se produce es enormemente valiosa y
creativa. En torno a un problema común se obtienen resultados altamente
efectivos y se generan bases de diseño honestas y simples. Además son
excelentes herramientas para el conocimiento y la acción. Son toda una
experiencia y un buen método docente de aprendizaje para la solución de problemas
urbanos..