1.- El proceso de ocupación territorial que ha tenido lugar en este país, apoyado en grandes infraestructuras del transporte y de las comunicaciones, ha tenido como uno de sus objetivos básicos engancharse al capitalismo global, a sus lógicas y a sus instrumentos. La globalización una vez agudizada su crisis, de la que venía dando muestras o anunciándolo paulatinamente en los últimos años, por el colapso generado por la economía financiera, de la que es muy dependiente el sector inmobiliario, al producir la mayor expansión de la cantidad de dinero en la historia del mundo (pura inflación y endeudamiento privado), ha provocado la parálisis en seco de todo un sector, cuya dependencia no era solo de financiación y capital, sino del propio concepto de sector, al olvidarse de su producción propia de consumos de habitas y convertirse, una parte importante, en producción de productos financieros de marcado carácter especulativo ajenos a la realidad y a las necesidades de sus potenciales usuarios.
El mercado racionalizado o reglado clásico de los mercados de producción, fue destruido y desregulado hasta su descomposición, desarticulando como contrapartida los territorios urbanos y rurales amparados por dichos mercados de producción, dando pie a todo un conjunto de productos desordenados por el que se ha movido nuestra cotidianidad y que ha afectado a toda nuestra manera de vivir y trabajar.
Esta perdida de reglas definidas ha supuesto el desanclaje de los atributos urbanos y culturales clásicos de la ciudad consolidada histórica y de las zonas rurales, que ya venían siendo muy deterioradas con los primeros avances del capitalismo neoliberal que se iniciaron con los planes de estabilización de los años sesenta del siglo pasado y que se había detenido en el breve lapso de tiempo que va de 1975 a 1992, en los que se había producido un movimiento de regeneración y reajuste de los modelos urbanos y territoriales descompuestos anteriormente. Este breve tiempo no fue suficiente para cambiar la genética de estos mercados inmobiliarios financieros, de manera que cuando llegó la segunda embestida a partir de los años 90 del siglo pasado las propias estructuras del sector y de la sociedad se acoplaron con una facilidad asombrosa, incapaces de entender en unos casos y en otros con plena conciencia que se estaban dando los pasos para la desaparición del sector por agotamiento y absorción de los mercados financieros globales.
2.-. A nivel urbanístico casi no hemos cambiado el diapasón, herederos de leyes coma las del 56 y 75 y derivadas de estas, no se ha hecho otra cosa que darles vueltas a las mismas referencias, a pesar de los esfuerzos intelectuales de finales de los setenta y ochenta, por enderezar el rumbo. Por lo que, los finales del siglo pasado y todo este siglo no han sido mas que una continuación de la ideología creada por el capitalismo avanzado que se inicio en los sesenta del siglo pasado, junto a una banalización teórica de la disciplina urbanística . Desde esta situación la única salida es refundarlo todo de nuevo y revisar todas nuestras referencias.
3.- El caso de Málaga ha sido y es paradigmático, pues estamos ante un territorio intensivo en turismo y construcción . Sector que nació de la usurpación y desmontaje sin paliativos del sector industrial del XIX y el XX hasta los años 50. Sobre los suelos productivos ocupados por el sector industrial y comercial y resto del agrícola, la nueva clase dominante del capitalismo sin ningún miramiento, y con la mas absoluta intransigencia expulsó y expolió a bajo coste a la clase dominate anterior e inició la nueva acumulación de plusvalías, cuya intensidad y valor no tenia comparación con la que generaba el sector industrial-comercial decimonónico. Ahora el sector financiero ha hecho lo mismo con el sector de la construcción, sin necesidad de producir nada, solamente aumentando el dinero en circulación. El capitalismo muta con una agresividad sin limites, y sin pactos con las clases anteriores sean del capital o del trabajo.
No vamos a comentar, el vacío, demolición y canalización temática de los centros de nuestras ciudades y la desarticulación de las periferias y de los ámbitos rurales producida, que Susana G. Comenta extensamente.
4.- Málaga ha asistido, como otros lugares, a una “nueva forma de colonización global”, mediante la estrategia espacial de aprovechar los “valores locales” para incorporarlos a la “red de productos turísticos para el consumo global” o para el “mercado financiero”. El problema de esta “colonización de lo global” no es solo, que lo es y grave, la desaparición de las “cualidades formales” de la arquitectura y el abandono de los usos y necesidades de los habitantes, sino la artificialidad como modo de construir, siguiendo las pautas artificiales de la economía financiera, para la que poco importa que sirva o no sirva lo construido, lo importante es que sea útil para las sociedades financieras. El urbanismo ha estado al “servicio de esta banalidad”, ajeno a solucionar los verdades problemas específicos de cada territorio.
No vamos a comentar, el vacío, demolición y canalización temática de los centros de nuestras ciudades y la desarticulación de las periferias y de los ámbitos rurales producida, que Susana G. Comenta extensamente.
4.- Málaga ha asistido, como otros lugares, a una “nueva forma de colonización global”, mediante la estrategia espacial de aprovechar los “valores locales” para incorporarlos a la “red de productos turísticos para el consumo global” o para el “mercado financiero”. El problema de esta “colonización de lo global” no es solo, que lo es y grave, la desaparición de las “cualidades formales” de la arquitectura y el abandono de los usos y necesidades de los habitantes, sino la artificialidad como modo de construir, siguiendo las pautas artificiales de la economía financiera, para la que poco importa que sirva o no sirva lo construido, lo importante es que sea útil para las sociedades financieras. El urbanismo ha estado al “servicio de esta banalidad”, ajeno a solucionar los verdades problemas específicos de cada territorio.
5.- Hay que dejar constancia en este contexto que lo”local no es lo opuesto a lo global” ni lo global es lo local. Ambos espacios se tienen que relacionar en igualdad, en simetría. Lo local no es un espacio dependiente de lo global, enrejado en una matriz cada vez más amplia, sino que ambos espacios, y sus escalas intermedias, se deben relacionar igualitariamente, cooperando entre ellas, intercambiándose flujos de utilidad para cada uno. (asimetría de implicaciones, simetría de derechos). Para la economía global los fragmentos de espacios urbanos locales se ensamblan simplemente para dar la imagen de lo global. Esta nueva espacialidad nos ha dotado de nuevos proyectos en gran parte “imaginarios”, lo que también ha producido proyectos de resistencia , acciones de resistencia preocupadas por la mejora de las condiciones de habitabilidad (Saskia Sassen). Uno de los sujetos de la resistencia es el patrimonio local, en el que se incluyen los lugares naturales y las superficies agrarias históricas.
6.- “Lo que esta en juego es la habitabilidad” , el asentamiento para la subsistencia y crecimiento de los seres humanos. Hemos perdido por el camino la cualidad especifica de lo local: la habitabilidad. “Donde se habita...se forman sistemas locales solidarios” (Sloterdijik). Donde se habita, los seres humanos se expanden y se comprometen con la situación propia y la “unidad” comunitaria.
7.- Es cierto que en la actualidad el sistema dominante es la economía globalizada. Un sistema construido para el saqueo y el agotamiento de los mejores recursos locales, sobre todo en los mejores territorios, los marítimos, deseables por su capacidad de generar fuertes plusvalías. Quebrado el sistema, el consumo ha dejado de compensar. El consumo no es importante para el sistema financiero, sujeto dominate de la economía global y menos los consumidores.
8.- La viabilidad futura pasa por la autogestión colectiva de la habitabilidad y del patrimonio, por la redefinición del “dialogo del hombre con la naturaleza” y la recuperación de sus escalas. Y esto, o es una construcción colectiva o no será. Es necesario aprender eficazmente a gestionar los conflictos entre lo global y los distintos fragmentos locales, con sus escalas propias. Debemos abandonar el “gigantismo” y recuperar lo especifico, lo concreto, el ahora, donde la “vida y los afectos ocupen el centro de las preocupaciones”. De ahí que el patrimonio “adquirido”, real, tanto físico, como urbano, histórico, de pensamiento, técnicas, instrumentos.... ”adquieren un valor fundamental que no podemos subestimar”.
Hay que poner en valor este patrimonio, identificar sus fragmentos, poniendo en valor la “dimensión local como forma de creación de relaciones de proximidad” y de habitabilidad que permitan refundar territorios en condiciones de solidaridad y de igualdad con otras “redes de la cartografía global”.
7.- Es cierto que en la actualidad el sistema dominante es la economía globalizada. Un sistema construido para el saqueo y el agotamiento de los mejores recursos locales, sobre todo en los mejores territorios, los marítimos, deseables por su capacidad de generar fuertes plusvalías. Quebrado el sistema, el consumo ha dejado de compensar. El consumo no es importante para el sistema financiero, sujeto dominate de la economía global y menos los consumidores.
8.- La viabilidad futura pasa por la autogestión colectiva de la habitabilidad y del patrimonio, por la redefinición del “dialogo del hombre con la naturaleza” y la recuperación de sus escalas. Y esto, o es una construcción colectiva o no será. Es necesario aprender eficazmente a gestionar los conflictos entre lo global y los distintos fragmentos locales, con sus escalas propias. Debemos abandonar el “gigantismo” y recuperar lo especifico, lo concreto, el ahora, donde la “vida y los afectos ocupen el centro de las preocupaciones”. De ahí que el patrimonio “adquirido”, real, tanto físico, como urbano, histórico, de pensamiento, técnicas, instrumentos.... ”adquieren un valor fundamental que no podemos subestimar”.
Hay que poner en valor este patrimonio, identificar sus fragmentos, poniendo en valor la “dimensión local como forma de creación de relaciones de proximidad” y de habitabilidad que permitan refundar territorios en condiciones de solidaridad y de igualdad con otras “redes de la cartografía global”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
ESTE BLOG MEJORA CON TUS COMENTARIOS