Hay veces que en las crisis se produce un chispazo de
inteligencia, y otras un
“abotargamiento” . Esta vez alguien ha tenido capacidad de innovar y
darse cuenta que para una ciudad como
Málaga, no todo el metro tiene que ser subterráneo y como ocurre en otras ciudades espléndidas, el metro puede
ir por la superficie, ahorrando costes, mejorando su gestión, la satisfacción
de los vecinos , el trafico y el medio ambiente. Por ello ¡Aleluya¡, no solo
despilfarramos menos, sino que todo es más útil y razonable.
Esta ciudad ha sufrido mucho de ansiedad, sometida a
tensiones “comparativas”, que le han dejado poca capacidad para comprenderse a
si misma con mas naturalidad. Demasiado estrés, tensión y nervios, mal común de
nuestro tiempo, que nos sirve de poco en estos tiempos de crisis. Con la
ansiedad que nos hemos metido, en donde todo tenía que ser “más”, solo hemos
conseguido opresión en el pecho, cefaleas, insomnio y mucho consumo y
estreñimiento.
La ansiedad es incomoda pero menos peligrosas de lo que
parece, podemos vivir con ella, aunque nuestros resultados sean poco
eficientes, incluso engañosos, creemos que somos lo que no somos y nos
empeñamos en ser lo que tampoco somos.
En algunos casos acabamos en urgencias,
confundidos, porque sufrimos de un mal que no es el que de verdad tenemos. Nos
abotargamos y nos entra miedo pues percibimos una amenaza que no existe y la
que de verdad nos acecha no la detectamos.
Nos convertimos en hombres de las cavernas , solo sobrevivimos
luchando o corriendo. Algunos de los problemas que tiene esta ciudad, no se
resuelven con una respuesta de miedo, sino con serenidad, cambiando nuestra
forma de enfocarlos. Las amenazas que tenemos lo son si decidimos que lo sean.
Nuestro enfoque actual a los problemas no puede ser el antiguo de la ansiedad.
Necesitamos cambiar nuestro modo de enfocar las respuestas, el cristal a través
del que contemplamos la ciudad. Si lo hacemos con inteligencia, serenidad e
innovación, lo peor que nos puede pasar es mejorar, en caso contrario si
seguimos con nuestros viejos modos “ ansiosos”
aumentaran nuestras tensiones y conflictos.
Si las elecciones que tomamos las contemplamos como opciones
de peligro inevitablemente nuestra respuesta será la lucha o la huida. Si por
el contrario optamos por enriquecer nuestras opciones, optando por una gestión
de los recursos de todo tipo diferentes
y con nuevos potenciales , no solo superaremos la situación, sino que la
solución será mejor que las anteriores.
Con el metro en superficie hemos optado por poner sobre la
mesa una opción “sin ansiedad”, es posible que haya flecos que haya que
estudiar mejor, pero hemos girado la intensidad de nuestras emociones antiguas,
lo que nos permite ver las cosas con un nuevo valor y credibilidad, por eso
digo ALELUYA.