Uso la ciudad para entender la realidad mas allá de lo urbano. Las transformaciones formales urbanas conforman la mirada física de la ciudad, pero la realidad que subyace y que las rodea las dota de una conciencia que es la que alumbra a las ciudades.
En los últimos tiempos, que ya son algunos años, la historia se agrava, ante la eliminación total de toda conciencia urbana y la ebullición estresante de las formas físicas como razón que justifica el “espectáculo urbano”, la sorpresa es que esta situación, ya de por sí poco edificante y cívica, se agrava cuando detectamos el cúmulo de errores que tal “espectáculo” encierra , es decir el “entretenimiento” no es solo poco adecuado sino que además es torpe y malo, lleno de falsedades e hipnotismos.
Donde quedaron los tiempos en que la crisis de este espectáculo codicioso era una oportunidad, en que había que refundar el capitalismo, dotarnos de nuevas normas y valores sociales, porque la codicia financiera había destrozado el “paraíso”. La imagen urbana se ha hecho mas cinematográfica y la clase política parece lamentablemente que así valora mas el “hecho urbano”o lo entiende mejor . No tiene capacidad de entender la ciudad real , sino la ciudad como audiovisual, no sabe entender el idioma de la creación social de la ciudad.
Invertir en presente es invertir en talento y creatividad. Pero la historia se repite una y otra vez, crisis, tristeza y expulsión. La austeridad es una mera coartada, una nueva religión, no es un discurso de potencialidades, sino una coartada para acumular y concentrar. Ahorran el chocolate del loro, en grandes cantidades para pasarlas a otros bolsillos privados, luego se siguen gastando grandes cantidades en estupideces nada rentables. El ahorro es un mecanismo individual, pero la eficiencia y la sotenibilidad son mecanismos colectivos. Por ello mas que ahorrar indiscriminadamente, mejor ser eficientes y sostenibles, con estimulo y con impulso.
La incapacidad de estimular, ha generado tal perdida de autoestima que de la depresión estamos pasando a la indignación y de esta a la represión. Sobra censura, corte y recorte y falta ambición y osadía. Visto lo visto las generaciones jóvenes con talento o sin él, emigran o....