miércoles, 21 de enero de 2015

ESTRATEGIAS "RESIDUOS CERO" ¿OPORTUNIDADES O NECESIDAD? escrito por Vicente Cervera Lucini

Uno de los principales problemas del tiempo que nos ha tocado vivir, como individuos y como colectivo, es, sin duda, la limitación de los recursos naturales y el uso y abuso que de los mismos hacemos.

En ese mismo lado de la balanza se encuentra también la enorme cantidad de desechos y residuos que genera nuestra forma de vida. Sostenibilidad, desarrollo sostenible, huella de carbono, desperdicio alimentario, gases de efectos invernadero…son palabras que oímos a diario en los discursos de corporaciones y políticos y que, en mayor o menor medida, con más o menos conocimiento de su significado y trascendencia, manejamos los ciudadanos. Y no son palabras de paso. Han venido para quedarse porque en ellas, en las ideas que encierran, se encuentra la clave de nuestro futuro y, más importante aún, en lo que hagamos con ellas, está el futuro de las próximas generaciones.

Pero ¿qué es eso que llamamos desarrollo sostenible? La primera definición aparece en el año 1987 en el “Informe Brundtland” (Primera Ministra Noruega) “Desarrollo sostenible es aquel que permite satisfacer nuestras necesidades sin comprometer las posibilidades de las futuras generaciones para satisfacer las suyas” Podemos pues, simplificando, considerar como sostenibles a aquellas actividades que consumen recursos capaces de regenerarse a un ritmo mayor o igual al de su uso.

El desarrollo sostenible se asienta sobre tres pilares: sociedad, economía y medio ambiente y tiene unos indicadores de desempeño que afectan a la conservación de los ecosistemas, el desarrollo económico, los derechos humanos, la igualdad y la democracia.

En la “Cumbre de la Tierra” celebrada en Río de Janeiro en 1992 se reunieron más de 170 países y aproximadamente 20.000 representantes de ONGs para estudiar y discutir los problemas que genera nuestro modelo de desarrollo. En esta “Cumbre” se diseñó un programa de actuaciones (Programa 21) para el siglo XXI que incluía recomendaciones sobre la gestión de recursos hídricos, el medio ambiente, la sanidad, la agricultura, los residuos… y se sentaron las bases que permitieron la firma, en1997, del
“Protocolo de Kyoto” para luchar contra la proliferación de los gases de efecto invernadero.

En sus conclusiones, se establece que serán el ser humano y la protección del medio ambiente los pilares que sustenten la idea y las actuaciones del desarrollo sostenible. Cumbres posteriores (Johannesburgo 2002 y Rio+20 2012) han intentado avanzar por este senda con resultados, las más de las veces, decepcionantes. Consumo y desarrollo sostenible El modelo de consumo que mantenemos en los países desarrollados es de todo punto insostenible.

En el año 2014 hemos adelantado otro día (hasta el 19 de agosto) nuestro déficit ecológico. A partir de ese día, estamos “gastando” más de lo que “ingresamos” o, dicho de otro modo, estamos consumiendo más recursos naturales de los que el planeta está en condiciones de producir. Pero además estamos generando más desechos de los que el planeta puede “digerir”.

Para hacernos una idea de la trascendencia, gravedad y rapidez del problema, 1986 fue el último año en el mantuvimos este equilibrio y, en el año 2000, entrábamos en déficit el 1 de octubre. Las diferencias entre “Norte” y “Sur” entre “ricos” y “pobres” son también escandalosas. El 12% de la población mundial reside en Europa y Norteamérica pero su huella ecológica asciende al 38%. En España, nuestro déficit ecológico es de 3´2-3´5. Es decir, gastamos recursos y producimos desechos tres veces y media más de lo que podemos asumir.

Afortunadamente, de manera gradual, los ciudadanos vamos siendo conscientes de la
necesidad de introducir cambios en nuestros patrones de comportamiento. Debemos aspirar a mejorar nuestra forma de vida, disfrutar de la prosperidad, profundizar en la democracia, construir una sociedad más justa y equitativa, pero debemos hacerlo de forma que sea compatible con el equilibrio de nuestro ecosistema. Sin no es así, estaremos construyendo en el vacío. Es evidente que las crisis no son buenas. La gente lo pasa mal y no hay en eso nada positivo.

Pero las crisis pueden convertirse en una oportunidad si somos capaces de cambiar nuestra forma de hacer las cosas, apostando por un tipo de desarrollo que haga compatible el bienestar de las personas y la protección del medio ambiente. Que de respuesta a nuestras necesidades sin comprometer las de las generaciones futuras. La gestión de los residuos. Estrategia “Residuos Cero” Cada año, en la UE (sin contar los residuos agrícolas ni los descartes de pescado tirados al mar) se tiran a la basura 89 millones de toneladas de comida. Estos residuos alimentarios generan 170 millones de toneladas de CO2 (3% del total de los gases de efecto invernadero)…14 de ellas en nuestro país. Toneladas de desechos de materiales de todo tipo son cada día enviados a vertederos o incineradoras con altísimos costes económicos y medioambientales, sin obtener a cambio ninguna rentabilidad social o ecológica.

La estrategia “Residuos Cero” pretende la reintroducción en el ciclo productivo de los
desechos (compostaje, reciclado, reutilización) y ofrece a las comunidades que la adoptan rentabilidad social (cohesión, participación), económica (empleo y emprendimiento) y medioambiental.

“Residuos Cero” es una filosofía y un modelo económico para el siglo XXI basado en la protección del medio ambiente, la creación de puestos de trabajo de calidad y el fortalecimiento de las economías locales y regionales. Existen en todo el mundo naciones, comunidades y municipios que han decidido apostar por esta estrategia. Su experiencia nos enseña que han disminuido de manera drástica los residuos generados y han mejorado la autoestima y calidad de vida de sus ciudadanos.

Es evidente que sólo con buena voluntad no es posible llevar adelante esta iniciativa. Pero también lo es que incentivar la participación ciudadana, desarrollar programas educativos, dar el necesario apoyo legislativo, dotarla de los recursos económicos necesarios y demostrar voluntad y determinación, hace posible el objetivo.

Un caso práctico puede servirnos de guía. El ayuntamiento de Capannori (45.800 habitantes) fue el primer municipio italiano en adherirse en el año 2007 a la Estrategia Cero Residuos, una manera de gestionar los materiales y los residuos que han adoptado diferentes territorios internacionalmente. Su objetivo es reducir la producción de residuos y su toxicidad a niveles de emisión (casi) cero. Capannori propuso un Plan de Acción que debe culminar en el año 2020 basado en la prevención, el compostaje, el reciclaje y la reutilización.

El porcentaje de reciclaje en el año 2004, año de la implantación del programa, era del 37%. En una primera fase, tras realizar estudios que analizaban en detalle el punto de partida, se comienzan las actuaciones sobre un grupo reducido de ciudadanos (600) con un sistema de recogida y reciclaje de residuos a domicilio. Tras el éxito obtenido se amplía a 10.000 el número de ciudadanos implicados en el programa.

A finales del año 2006 el porcentaje de reciclado llega al 82% por lo que se decide la extensión del programa a todo el ámbito municipal. Durante todo el proceso, las autoridades buscaron la participación de los ciudadanos, estando abiertos a sus críticas y comentarios y estimulando iniciativas de emprendimiento relacionadas con el proyecto. Escuelas, talleres, explotaciones agrarias, fábricas se implicaron asimismo en
la consecución de los objetivos propuestos.

Actualmente, el Ayuntamiento financia el proyecto con el dinero ahorrado a través de la
reutilización de materiales creados a partir de residuos reciclados y, especialmente, a través del dinero ahorrado por la no eliminación de residuos en vertedero.
Entre 2006 y 2010, el reciclaje de residuos se multiplicó por dos y los residuos no separados se redujeron más de la mitad (-64% entre 2005 y 2009). La producción anual total de residuos urbanos se redujo un 21% entre 2005 y 2009 (se pasó de 30.887 toneladas en 2005 a 24.288 toneladas en 2009). La cantidad total de residuos producidos por persona se ha reducido de 672 kg en 2006 a 532 kg en 2009, mientras que el porcentaje de residuos no separados por habitante se ha reducido drásticamente de 340 kg en 2006 a 152 kg en 2009 (RSA y ARPAT).

Desde el inicio de la política, el Ayuntamiento ha dado empleo a 50 nuevos trabajadores para la recogida de residuos. En 2009, se ahorraron más de 2.000.000 de euros de fondos públicos, derivados de no eliminar la basura no separada y de algunos ingresos de la venta de materiales reciclados como papel. Fue posible una pequeña reducción en la tasa municipal de residuos: -20% sobre la cantidad fija para todos los habitantes y un 10% adicional para los habitantes (unas 2.000 familias) que se adhirieron al proyecto “Elaboración doméstica de abono vegetal”, que recibieron una recompensa por su compromiso. El Ayuntamiento estima que, entre 2004 y 2009, la política ahorró 13.000 toneladas de dióxido de carbono sin utilizar recursos nuevos.

En conclusión, la práctica tiene éxito porque es sostenible desde muchos puntos de vista diferentes: es factible en términos económicos, porque se autofinancia; en términos sociales, porque crea empleo; y, obviamente, es un modo de reducir los impactos medioambientales y crear un modo de vida sostenible. (Fuente UCLG).

¿Cómo se llega a “Residuos Cero”?

La alta tecnología cumple un papel sólo cuando se aplica de modo racional y en fracciones de residuos cuidadosamente seleccionados. “Residuos Cero” no es una tecnología; es una estrategia en la que debemos definir actuaciones concretas. Por ejemplo, y entre otras:
I. Designar plazos temporales razonables para el cumplimiento de objetivos
(habitualmente 5, 10, 15 y 20 años)
II. Implicar a toda la Comunidad en el diseño y elaboración de las actuaciones
III. Establecer incentivos a la separación en origen, el reciclaje, el compostaje e imponer recargos sobre malas prácticas (políticas y normas).
IV.Realizar Auditorias de Control sobre ResiduosV. Elaborar planes de gestión de residuos (recursos) en el que los ejes sean la prevención, la reutilización, la reparación, el reciclaje y el compostaje de desechos
VI. Promover el compostaje doméstico y comunitario
VII. Comunicar, educar, escuchar y facilitar la resolución de problemas.

Rentabilidad de la estrategia “Residuos Cero” Rentabilidad medio ambiental
· Reduce el tremendo impacto ambiental de la eliminación de residuos. Las
emisiones de los gases de efecto invernadero son uno de los mayores riesgos para
el equilibrio ecológico del planeta
· Devuelve nutrientes a los suelos
· Permite cerrar el ciclo de los materiales
· Mejora la biodiversidad

Rentabilidad social
· Promueve la participación cívica y la implicación de los ciudadanos, impidiendo en
buena medida el deterioro de la democracia.
· Establece fuertes lazos de cohesión en las Comunidades, unidas y comprometidas en
una estrategia de desarrollo sostenible, respeto a la Naturaleza y creación de empleo

Rentabilidad económica
· Proporciona empleos, empleos verdes, empleos de calidad, comprometidos con la
Comunidad que los genera
· Fomenta la innovación en el diseño de nuevos productos
· Potencia la creación de nuevas empresas en el mercado de la reutilización y el reciclaje
de los productos finales disponibles
· Identifica a la Comunidad con la sostenibilidad, mejorando y poniendo en valor su
imagen exterior
· Cada medida de reciclaje que la comunidad toma, se traduce en más empleo y más
riqueza para la economía local.

“Residuos Cero” combina prácticas éticas con una sólida perspectiva económica
Crea empleo, favorece la cultura del emprendimiento en la separación, reciclaje y
reutilización, aumenta la eficiencia, protege el ecosistema y reduce los gastos ocasionados por la eliminación de residuos

Vicente Cervera Lucini

Bibliografía
Agenda Ciudadana hacia basura cero” (Paul Connett y Bill Sheehan)
El primer caso de la aplicación de la “Estrategia Cero Residuos” en Italia (UCLG)
Basura Cero en el área de la Bahía de San Francisco (GAIA)
Residuo Cero (Greenpeace España)
Recursos en llamas (Brenda Platt Institute for Local Self-Reliance)

La Estrategia de Residuo Cero en Europa (Zero Waste Europe)