Leer el Artesano, me
llevó un buen día a conocer a William Morris. William, nació cerca de Londres en
1834, fue artesano, impresor, poeta, escritor, activista político, pintor y
diseñador británico, fundador del movimiento “Art of Crafts” (Artes y Oficios).
Estudió arquitectura, arte y religión en Oxford (1848). En esta época conoció
al crítico John Ruskin, que tendría sobre él una influencia duradera, y a
artistas como Dante Gabriel Rossetti, Edward Burne-Jones, Ford Madox Brown y
Philip Webb. También fue en estos años cuando conoció a Jane Burden, una joven
de clase obrera cuyo pelo cobrizo y piel pálida eran considerados por Morris y
sus amigos como la máxima expresión de la belleza femenina, por lo que la
eligieron como modelo para numerosas obras. Morris y Burden se casaron en 1859.
Como regalo de bodas Morris encarga a Philip Webb la famosa “casita roja”. Toma
su nombre del material con el que estaban construidos sus muros, ladrillos
rojos calidos sin revestimientos, con un techo de tejas, facilitando la
adaptación al medio que les rodea. Los autores evitaron seguir cualquier estilo
y atendieron sobre todo a la utilidad práctica de la vivienda. El aspecto
exterior del edificio surge directamente de la creación de los volúmenes
necesarios para cumplir las funciones interiores. En el interior predominan la
madera, los azulejos y el vidrio, materiales naturales que le dan un ambiente
acogedor. Los diseños recuerdan un mundo medieval y vegetal.
Fue la primera obra arquitectónica
del grupo Art & Crafts. Interiormente fue decorada con pinturas murales y
vitrales. Morris quería una casa y también un "Palacio de las Artes"
en el que él y sus amigos pudiesen disfrutar produciendo obras de arte. La obra
refleja la admiración por la autenticidad y humanidad de los métodos
constructivos medievales. Morris y otros artistas de los comentados también
trabajaron en diseño interior y reconstrucción de la Iglesia de San Martin,
cuya dirección corrió a cargo de Philip Webb.
El movimiento de Arts &
Crafts, se ocupó de la recuperación y transformación de las artes y oficios
medievales, renegando de las nacientes formas de producción en masa. Aparte de William
Morris, sus principales impulsores fueron Charles Robert Ashbee, T. J. Cobden
Sanderson, Walter Crane, Phoebe Anna Traquair, Herbert Tudor Auckland, Charles
Rennie Mackintosh, Christopher Dresser, Edwin Lutyens, Ernest Gimson, Gustav
Stickley, y los artistas del movimiento prerrafaelita.
Dos años más tarde en 1848, Morris
organizó en Londres, una asociación de artistas, poetas y criticos prerrafaelistas –incluyendo
a John Everet Millais, Webb, Rossetti, Burne-Jones y Ford Madox y William
Colmas Hunt– para formar un taller que diseñara y realizara por encargo
cualquier trabajo artístico, desde murales hasta vidrieras y muebles, bordados,
trabajos en metal y madera tallada. El propósito, era crear una obra de arte
total, en la que su creador tuviera total conexión con su obra, y fuera única,
en contraposición con la producción industrial. Este movimiento rechazaba la
producción industrial en las artes decorativas y la arquitectura, y propugnaba
un retorno a la artesanía medieval, considerando que los artesanos merecían el
rango de artistas. Este Movimiento o Hermandad Prerafaelista duró apenas un lustro, pero su influencia se
dejó sentir hasta entrado el siglo XX.
Los prerrafaelitas rechazaban el
arte académico predominante en la Inglaterra del siglo
XIX. Que representaba la pintura académica imperante que no hacía otra cosa
sino que perpetuar el manierismo de la pintura italiana posterior
a Rafael y Miguel Angel, con composiciones elegantes pero vacuas y carentes de
sinceridad. Por esa razón, ellos propugnaban el regreso al detallismo minucioso
y al luminoso colorido de los primitivos italianos y flamencos, anteriores a
Rafael —de ahí el nombre del grupo—, a los que consideraban más auténticos. A partir de los años 70
del siglo XX se le ha vuelto a prestar atención.
Según algunos críticos, el prerrafaelismo podría considerarse el primer
movimiento de vanguardia. La
intención rupturista, su carácter programático, la adopción de un nuevo nombre
para su arte o la publicación de una revista, The Germ, como órgano de promoción del
movimiento, parecen anticipar lo que luego será común en las vanguardias; sin
embargo, su cuestionamiento de la tradición es mucho menos radical que el de
las vanguardias, y no afecta a lo esencial: la imitación de la naturaleza,
sigue siendo para ellos el fundamento del arte.
En los años siguientes (1857-62)
se convirtió en pintor profesional. Con su experiencia en arte y arquitectura
fundó, en 1861,
junto con Dante Gabriel Rossetti, Burne-Jones, Madox Brown y Philip Webb, Morris,
Marshall, Faulkner & Co., una empresa de arquitectura y
diseño industrial que él personalmente financiaba, para la producción de
objetos de uso corriente y mobiliario, decora interiores y produce elementos de
decoración, papeles de ornamentación y Chintzes (telas estampadas), empleando
motivos naturalistas de fantasía. Mediante esta empresa, Morris creó un
"revival" cultural en la Inglaterra victoriana que se basaba en las
artes y los oficios de la época medieval como paradigma de la primacía del ser
humano sobre la máquina y a la vez de un trabajo hecho atendiendo a las más
altas cotas de expresión artística.
Este movimiento atrajo a gente de todo el mundo y en 1875 la compañía pasa a llamarse Morris and Co., con Morris como único propietario. Durante gran parte de su vida, Morris se preocupó intensamente en preservar las artes y oficios medievales abominando de las modernas formas de producción en masa. Morris y Webb en 1877 fundan la Sociedad para la Protección de Edificios Antiguos (que hoy día sigue funcionando) y escriben el manifiesto ZEPA, uno de los documentos claves en la historia de la construcción de la conservación. En 1883 fundó la Federación Socialdemócrata y más tarde organizó la Liga Socialista, de la que Philip Webb fue su tesorero y en la que también se encuentra Eleonor Marx.
Artes y artesanías (arts and crafts) fue un enorme movimiento de ambición intelectual y con una habilidad artística superlativa, que abarca todo, desde broches esmaltados hasta iglesias, en lugares tan diversos como Budapest y California. Nacido de pensadores y profesionales en la Inglaterra victoriana que se revelaban contra la confusión del adorno y la falsedad que padecía la arquitectura y el diseño. Era un movimiento creado en torno al concepto de integridad. Se trataba de respetar los materiales, y la forma en que se utilizaban. De mostrar cómo se construyen las cosas, de modo que nunca parecieran diferentes de lo que eran en realidad.
Igualmente, se trataba de respetar
al creador. Sobre un fondo de inmundicia y degradación o industrialización, el movimiento quería que
la gente trabajase en un entorno feliz, sano, y que disfrutaran de lo que
hacen. Uno de los corolarios fundamentales de este enfoque en el medio ambiente
era una nueva preocupación por lo doméstico y lo cotidiano. Aunque hay artes y
oficios importantes como iglesias y edificios públicos, eran las casas y sus
contenidos, los espacios que más importaban – espacios convenientes, cómodos y
funcionales los cuales fueron las demandas del habitante moderno y mejoraron su
calidad de vida. Desde el principio mostraron
interés por explorar las posibilidades de la artesanía a la hora de
producir muebles y artículos de hogar, que eran a la vez prácticos y agradables
estéticamente. En el mundo de la arquitectura para el diseñador Charles Robert
Ashbee, "las artes y el movimiento a mano comenzó con el objeto de hacer
cosas útiles, de hacerlas bien y de hacerlas bellas ; buena calidad y la
belleza eran los líderes del
movimiento".
Los artistas de arts and crafts
otorgan un nuevo valor a las artes decorativas y aplicadas, e insistieron en
que éstas se debían convertir en una parte integral de cualquier diseño más
grande. Ya no era suficiente confiar en la casualidad o en el capricho personal
para la elección de los sillones en una sala de estar o de un tapiz en una
iglesia. La idea no tiene que ver con
reflejar la noción de "obra de arte total" , tal como la entendía el compositor Richard Wagner para sus
producciones de ópera a mediados del siglo XIX, mas bien cada elemento tenía que ser diseñado como
parte de un todo orgánico. “Mi concepto de arquitectura está en la unión y en la colaboración de las
artes....Es una concepción amplia porque abraza todo el ambiente de la vida
humanan...cada uno de nosotros está obligado a vigilar y custodiar el justo
ordenamiento del paisaje terrestre, cada uno con su propio espíritu y con sus
propias manos, en la proporción y medida que le corresponda” “la palabra arte
extenderse mas allá....y ocuparse también de las formas y los colores de todos
los objetos domésticos, así como los mismos arreglos de los campos de cultivo y
de pastos, la administración de la ciudad y de nuestra red viaria...”
Sus practicantes no eran artistas
aislados, unidos por similitudes estilísticas sino que eran maestros y alumnos,
colegas y rivales, amantes y amigos que conversaban a menudo y colaboraban en
sus esfuerzos por elevar los estándares de diseño de todos los días. No
obstante, no existe una coherencia en el trabajo de todos ellos Mientras que
algunos desarrollaron una rica imaginería medievalizante como parte de su
emulación de los valores sociales y artísticos de la Edad Media, otros se
esforzaron por formas simplificadas cuyo lenguaje decorativo dependía de las propiedades
naturales de los materiales.
De hecho, la identidad del movimiento de las artes y artesanías deriva de un conjunto de principios compartidos, más que de cualquier código visual uniforme, lo que exigió una gran agilidad intelectual a los artistas y estudiantes de este movimiento. Uno de sus principios, fue el poder regenerativo de la artesanía y la aversión hacia los procesos mecánicos de la industrialización, lo que llevó a muchos a inspirarse en productos hermosos hechos a mano, optando por volver a la manufactura artesanal y así llevar la cultura a las áreas menos pudientes de la sociedad. Pero la complejidad de la producción de estos, llevó a que fueran vendidos a precios más allá del bolsillo de la familia media, de forma que solo las clases altas pudieron adquirir los ejemplares, circunstancia que fue muy reprochada.
Morris no nos ha dejado una
exposición definida de su concepción de la ciudad y del habitar. Solo algunas
vagas idas sobre lo que es una sociedad feliz y vagamente anárquica. Con esta
vaguedad plantea, la superación de la metrópolis industrial y el desequilibrio
entre ciudad y campo. Plantea la disolución de Londres en una serie de
comunidades rurales sobre la base de un cambio en las leyes de acumulación
social. En Morris, encontramos analogías
con esa recomposición entre ciudad y campo conseguida a través de la
eliminación de las visiones negativas de ambas
y de la capitalización de todas sus ventajas y oportunidades. Idea que
después será invocada por Howard con su “teoría del imán”, en la convicción de
que Londres cambiaría como resultado de la proliferación de “ciudades-jardín”
en el territorio circundante: “..la gente se echó a los campos y por así
decirlo se arrojó sobre la tierra liberada...y en poquísimo tiempo los lugares
y villas de Inglaterra se vieron más poblados de lo que jamás habían estado
desde el siglo XIV....La ciudad invadió los campos ...cedieron a la influencia
del ambiente y se convirtieron en gentes de campo y a su vez se hicieron mas
numerosos que los habitantes de las ciudades e influenciaron a estos, y de este
modo, la diferencia entre ciudad y campo fue disminuyendo cada vez mas, y el
ambiente de la campiña resultó vivificado por el pensamiento y la agudeza de la
gente de la ciudad, lo que ha dado origen, precisamente, a este modo de vida
feliz, pero activo....”
El movimiento revalorizó los
oficios medievales, en plena época victoriana, con lo cual reivindicó la
primacía del ser humano sobre la máquina, con la filosofía de utilizar la tecnología al servicio
del hombre, pero potenciando
la creatividad y el arte frente a la producción. En lo
expresivo se caracteriza por el uso de líneas serpenteadas y asimétricas, y
constituyó sobre todo un arte
decorativo. Se trató de un movimiento estético reformista, que tuvo
gran influencia sobre la arquitectura,
las artes decorativas, y las artesanías británicas
y norteamericanas, e incluso influyó en el diseño de jardines.
El movimiento de Art and Crafts y
los artistas del movimiento prerrafaelita influyeron en las artes visuales y en
el diseño industrial del siglo XIX y XX, especialmente en el estilo decorativo
del Art. Nouveau (el modernismo)
y el Art Déco.
Este último es una amalgama de muchos estilos y movimientos diversos de
principios del siglo XX, los progresivos descubrimientos arqueológicos en el Antiguo
Egipto marcaron
asimismo su impronta. A diferencia el Art Nouveau, se inspira en las Primeras
Vanguardias. Las influencias provienen del constructivismo, cubismo y
futurismo, de la evolución del propio Art Nouveau, y también del estilo
racionalista de la Escuela Bauhaus.
Con William Morris el gran tema
será la redención de la ciudad, de la sociedad urbana, agitada por la crisis de
civilización de la revolución industrial. La ciudad industrial es el símbolo mas
despiadado de la civilización mecánica. Con el tiempo, por debajo de los modos
de producción capitalista y del trabajo mecánico y alineado que este modo
económico impone, sigue existiendo la luz de los movimientos reformistas y
renovadores que operan sobre otras correlaciones que surgen entre las
decisiones políticas y el uso que la
ciudadanía va alumbrando en los modos de la ciudad y en su propio
reentendimiento.