Los días 16 y 17 de Abril de
2015, en el Observatorio de Medio Ambiente Urbano de Málaga (OMAU), se celebraron unas jornadas sobre la recuperación de la ciudad antigua y
las Políticas Urbanas Europeas, a través de sus Programas Operativos FEDER 2007-2013 y la Red de Iniciativas
Urbanas RIU. Como todo lo que hace el OMAU esta lleno de sugerencias y de buen
hacer, realizado con un esfuerzo
encomiable por un equipo de buenos profesionales coordinados por Pedro Marín,
director del Observatorio.
Evidentemente hay cosas que me
interesaron mas, y otras menos, pero esto no es importante, forma parte de la
selección de cosas que hacemos en un momento determinado. No obstante, hay dos
ponencias que me gustaría destacar, sin menospreciar al resto, la de Cordelia
Polinna miembro del Consejo Académico para la Estrategia de Berlín 2030 que
trató sobre “La estrategia de Berlín 2030 y el enfoque integrado del desarrollo
urbano de la ciudad” y la de Marta Domínguez Pérez, profesora de sociología
urbana en la Universidad Complutense de Madrid que trató sobre “El factor
cultural en los procesos de regeneración urbana. El caso de King´s Cross en
Londres”. Se vieron otros casos interesentes referentes a Málaga, Pamplona,
Bolonia, Grenoble o Barcelona pero todo no da tiempo a comentarlo...
Del caso expuesto por Cordelia
Polinna, me interesó el modelo de creación de oficinas para la gestión,
participación y desarrollo de piezas urbanas de alrededor de 5.000 habitantes,
proyectos pequeños para fortalecer las economías locales, alrededor de zonas
verdes de calidad, juegos infantiles, guarderías, planificación y
asesoramiento. Es el denominado “Self Made City”: cada espacio tiene un talento
especial que hay que desarrollar. Cada ciudad tiene que tener claro donde quiere
estar para el 2030, sabiendo que todo no lo puede financiar, ¿cómo va a
involucrar a los distintos organismo en estos procesos?, ¿qué objetivos a largo
plazo va a tener en cuenta?¿qué procesos de sostenibilidad quiere poner en
marcha?.
Hoy sabemos que los procesos de
regeneración, son políticas de gobernanza
multinivel e interdisciplinares. Los habitantes toman parte en el
proceso de decisión, no por capricho, sino porque, tenemos claro, que sin
modelo de participación no hay procesos de regeneración urbana. Las actuales
dificultades de financiación de las entidades locales, nos obligan a que ya no
se pueda desarrollar las ciudades mediante “la inundación de inversiones” y a
reconocer que los modelos de acupuntura participada seleccionan mas adecuadamente
y mas eficientemente las inversiones que otros modelos mas burocráticos . De lo
que se trata sobre todo es de cambiar la sociología de los barrios. Hoy día
entre el diseño y la gestión del mismo existe mucha separación. El fin de los
procesos de regeneración son los usuarios, no la apariencia de las cosas ¿pero
que usuarios tenemos?. Hay que poner en el corazón del diseño a los usuarios,
para mejorar la eficiencia y el uso de los espacios urbanos, es lo que se
denomina codiseño. En estos procesos de regeneración, los elementos endógenos
juegan un papel importante, debemos experimentar con estos elementos endógenos,
diferenciando con mucha flexibilidad los proyectos a corto y largo plazo en
todos sus términos.
En el caso de Marta Domínguez Pérez, algunos conceptos
fueron similares, aunque con otros matices. Así también consideró que la regeneración urbana es un proceso
multinivel y complejo, en lo que lo físico no es lo importante, sino su
repercusión en las personas, en la estructura social del barrio. Muchos
proyectos están guiados por la cultura elitista y la mera apariencia, ¿pero
para quién es esta cultura?. Una pregunta clave, ¿es inevitable que la
regeneración vaya unida a la gentrificación y expulsión de las poblaciones
autóctonas?, ella apuesta porque no, la cuestión está en no olvidarnos durante
el proceso de los fines de la regeneración, ¿queremos cohesión social o
competitividad?. El barrio es sobre todo un lugar de encuentro, un lugar donde
se habla, un lugar donde se negocia el conflicto, un lugar donde las tres
patas: sociedad civil, entes privados y entes públicos aprenden a colaborar. En
los procesos de regeneración tenemos que aprender a responder cuestiones
esenciales: ¿para quién hacemos estos procesos?, ¿a quienes interesan?, ¿qué papel
va a jugar el Ayuntamiento?, ¿qué modelo urbano queremos?, ¿cómo vamos a
gestionar en áreas degradadas? ¿son solo los centros antiguos las áreas
degradadas? ¿regeneramos los centros solo para los turistas?¿cómo vamos a
trabajar con el comercio tradicional?, ¿queremos diversidad de viviendas o no?
¿es la gentrificación inevitable?¿cómo escuchamos a los vecinos?.....
De todas estas cuestiones, surge
en estas jornadas una reflexión, han pasado muchos años, desde 1989 en que se
inician los primeros Proyectos Pilotos Urbanos (PPU), antecedentes de Urban
(1994), como herramientas de políticas urbanas impulsadas por la Comisión
Europea para recuperar barrios degradados, innovando metodologías y
desarrollando acciones de intervención
física y urbanística, ambientales, de apoyo económico y de cohesión social. La
pregunta que nos hacemos es ¿hemos cubierto los objetivos que pretendía la
Comisión Europea?. En muchos casos las políticas urbanas de regeneración no han
sido otra cosa que mera propaganda turística para atraer visitantes, simple
apariencia. Durante el proceso se han perdido los objetivos de la regeneración
social y ha pasado un poco como con las actuaciones urbanas antipobreza
desarrolladas por el Banco Mundial que han acabado siendo políticas urbanas para
desplazar a los pobres. Necesitamos evaluar o reflexionar sobre lo realizado,
para saber en que nos hemos equivocado y corregir. A fin de cuentas no hay
políticas de regeneración sin integración
de actuaciones urbanísticas, ambientales, económicas, sociales, de
movilidad y de eficiencia energética. Tenemos que valorizar y evaluar las
actuaciones emprendidas. Potenciar las metodologías de participación como elementos estructurales y decisorios de
la regeneración, desarrollar sistemas de indicadores que faciliten el
seguimiento de las acciones y nos
permita contrastar y evaluar los objetivos propuestos con lo realmente
alcanzado. Y hay que implicar al sector privado en la recuperación junto a los
sectores público, esta colaboración público-privada es importante.
Se adjuntan enlaces de los Blogs
de Cordelia Polinna y de Marta Domínguez Pérez, así como del OMAU