martes, 23 de septiembre de 2014

¿ES COMPATIBLE EL CAMBIO CLIMÁTICO CON EL CRECIMIENTO URBANO?

Salvar nuestras ciudades de la contaminación, la ansiedad y el desasosiego podría salir incluso barato. Los informes económicos sobre los cambios y la lucha contra la contaminación y el cambio climático como es el Nuevo Proyecto sobre Economía Climática publicado por el FMI (Fondo Monetario Internacional), afirman que tomar decisiones y medidas radicales para limitar las emisiones de carbono, reducir la contaminación  o cambiar las formas de vida estresantes de nuestras ciudades  apenas tendría repercusiones negativas  para el crecimiento económico.

En los últimos años se han producido tales avances en todos los aspectos en el campo de las energías alternativas, las tecnologías, el transporte o la salud que nos permite plantear que es posible romper el vínculo de desesperanza que existe entre el crecimiento económico y las limitaciones a la contaminación.

El desarrollo de estrategias bien diseñadas de control de emisiones, en concreto poniendo precio a las emisiones contaminantes, sistemas de límites máximos o intercambios comerciales o programas de información sobre la calidad y la salud, costaría mucho menos de lo que los agoreros de la desesperanza climática nos quieren hacer creer. Hoy día sabemos que los efectos sobre el crecimiento  debidos  a estos aspectos de la protección climática no son negativos, más bien al contrario, son mas favorables que lo que se pensaba hace unos años. El más importante de estos beneficios tendría que ver con la calidad y la salud pública de los ciudadanos. La contaminación, el ruido y el estrés provocan muchas enfermedades y estas incrementan el gasto público y reducen la productividad. Una menor cantidad de contaminación nos reportaría grandes beneficios impulsando nuevos aspectos económicos  a corto y medio plazo. De modo que salvar nuestras ciudades de las emisiones de carbono sería barato y hasta podía salirnos gratis.

Hoy día tenemos claro que limitar los aspectos diversos de la contaminación no significa acabar con el crecimiento económico. Esto lo dice gente de derechas  que normalmente afirman que las economías de libre mercado son infinitamente flexibles y creativas. Esta visión es simplemente un excusa fundamentalista para no afrontar los cambios económicos y sociales que hoy día necesitan nuestras ciudades, mejorando a la vez la productividad y la calidad del crecimiento de las mismas..

No comprenden el significado del crecimiento económico. Lo ven como algo físico, como un mero sistema especulativo, de intereses de unos pocos, consistente en producir mas cosas, sin plantearse qué consumir, qué tecnología emplear, la igualdad social que generamos  o la calidad de vida que impulsamos en la inversión de cada euro de PIB.


La desesperanza climática es un gran error y una gran confusión mental interesada. Hoy día las medidas climáticas, de calidad, y de igualdad son compatibles con el crecimiento económico y es una postura realista y pragmática  para el futuro de nuestras sociedades. Es más si algún día conseguimos dejar atrás las ideologías fundamentalistas y los intereses especiales de unos pocos, descubriremos que es la única salida al crecimiento económico y la más barata, y fácil de lo que podemos imaginar.