Nos
está ocurriendo que vamos tan acelerados en todo que nos es difícil tomarnos
tiempo para reflexionar sobre la ciudad o sobre cualquier cosa, escuchar a los demás,
reconocerlos o simplemente contrastar opiniones, antes de tomar decisiones.
Estamos
repletos de reglas, principios, unos técnicos, otros jurídicos y otros incluso
éticos y nos ocurre muy a menudo que no somos capaces de cumplirlos, nos falta
coherencia, sentido del bien común.. Por eso yo abogo mas que por el exceso de
reglas por virtudes, porque el problema
muchas veces esta en las personas no en la falta de discursos.
Los límites
se nos han quedado imprecisos, es difícil decir el limite está aquí, depende de
los casos. Pero hay que poner límites y
los límites están en el sentido común. Lo común no es una entelequia sino lo
que nos pertenece a todos, la ciudad. En épocas de bienestar o de bonanza la
indiferencia y la apatía hacia “lo común” es muy habitual. Pero la crisis pone
de manifiesto muchas miserias, mucha desigualdad y esto ha llevado a la gente a
unirse. Ha sido el rasgo mas positivo de la crisis la proliferación de
movimientos sociales, ¿se perderán si superamos la crisis?.
Actualmente
hay mucha desorientación, pero si algo esta claro es que hay que luchar por la
igualdad. Desde los años ochenta viene creciendo la desigualdad y con la crisis
esto ha sido terrible .Los ricos son cada vez menos y mas ricos, y el resto
cada vez se empobrece mas .A duras penas estamos manteniendo un modelos social
y urbano de bienestar, defendido por la izquierda. Pero una vez conseguido hay
que sostenerlo y a veces no sabemos como hacerlo. Tenemos que tener valentía
para aprender a sostener y hacer eficiente esta ciudad del bienestar.
Determinando que es lo imprescindible y que no.
La
ciudad es nuestro gran “bien común” y este bien común hay que defenderlo
corrigiendo los despropósitos del capitalismo e ir hacia una mayor cooperación.
No todos los beneficios de las empresas tienen que revertir en el interés de ellas,
sino que hay pensar en el bien de todos
y establecerlo por ley.