Los directivos, llamémoslos así de nuestras
administraciones locales, que son muchos: gerentes, vicegerentes, jefes de
áreas, jefes de departamentos, jefes de servicio, secretarios generales,
consejeros, directores generales, asesores....etc, , están en franco estado de
shok frente a los escenarios de esta crisis.
Escondidos en ese estado de monotonía facilona, se sienten incapaces de relatar algo y si lo
hacen, lo hacen rematadamente mal, no tienen emoción, ni valentía, ni deseo de
cambiar nada.
No digo que no estén preparados, no entro en eso,
pero les cuesta mucho trasladar cualquier mensaje a la sociedad, a sus equipos
y a los contribuyentes. En momentos de crisis como las actuales, en que es mas
necesario defender mensajes, marcas
corporativas (defensa de lo público),
dotar de respuestas a los problemas, en fin, hacerse visibles y
responsables frente a los problemas, se ha producido una atonía, incapaces de
asumir la responsabilidad de sus cargos. Estos supuestos “lideres de lo
público” han olvidado muchas de sus
competencias.
¿Qué han aprendido sobre la toma de decisiones, la
importancia del consenso, la disciplina, la persuasión para convencer, limar
diferencias o evaluar las salidas nuevas y eficaces frente a los problemas que
hoy tenemos?. ¿Que están haciendo para
superar su miedo frente a esta situación, para incorporar emociones e
inteligencia a sus propuestas de gestión?.
Encerrados tras sus mesas, pretenden pasar
desapercibidos, como si de cualquier trabajador se tratara, pero no lo son, son
jefes, directivos, manejan escenarios, voces, discursos, matices y
entonaciones. Nunca la sociedad ha necesitados tanto de ellos, de sus lenguajes
y de saber estar al “frente”. Pero desgraciadamente hoy se han convertido en
una pesada carga, su silencio, y su abulia por querer pasar desapercibidos ha
supuesto una desgracia para todos, incluidos ellos mismos. Tienen miedo a
enfrentarse a la “auditoria” social y política de los ciudadanos, piensan que
todo volverá a lo “normal” y si nada se mueve ellos saldrán vivos, sin ningún
impacto. Pero nada de esto va a ocurrir, las cosas no van a volver a ser
iguales y los ciudadanos no van a olvidad su desgana irresponsable.
Por tanto, que no se crean que van a salir sin
ningún impacto, a la sociedad les sobra, ya no quieren estos jefes “rígidos
como garrotes” . Necesita volver a recuperar la credibilidad en todo estos
“lideres” y directivos, que hoy no han hecho otra cosa que olvidarse de los
ciudadanos y esconderse en sus sueldos seguros.
Nuestras corporaciones locales, necesitan la
autenticidad, conocimiento, responsabilidad y liderazgo de las personas que
dirigen las entidades que nos gobiernan. Necesitamos no solo a nuestros políticos
sino a muchos de los que hoy están dirigiendo áreas, departamentos,
instituciones,,,,,etc. Están obligados a demostrar su capacidad, intensidad,
fuerza y claridad. Que se dejen de escudarse en otros, eso queda para el
ciudadano de a pie, y este sigue peleando dando unas muestras de
responsabilidad que no dan sus “jefes”. ¡Dejad el miedo limitante e
interesado¡, ahora o nunca hay que superar el
miedo a hablar, a olvidarse de uno y pensar en los demás.