Algunas
líneas de intervención nos llevan a plantearnos como modificar los pensamientos
referentes a la orientación laboral, de modo que nos sean útiles para
aumentar la probabilidad de generar
conductas autónomas para conseguir empleo.
Los
pensamientos tiene que ver con nuestro lenguaje interno, es decir, con la forma en que nos hablarnos a nosotros mismos y comparte el
mismo código lingüístico que utilizamos con nuestros semejantes. En cierta
forma, pensar es hablar y hablar es pensar.
Por
tanto, si queremos que se operen cambios en los pensamientos de los
desempleados usaremos una herramienta fundamental: la palabra. Hay que empezar
porque el desempleado verbalice de forma
distinta sus pensamientos laborales .Tenemos que comunicarnos de otra manera, compartir sus
palabras, antes de aspirar a cambiar nada, tenemos que acompasar nuestro
discurso al de la persona que atendemos y conversar con él, inducirlo a cambiar
su modo de expresarse. Generando un mecanismo que regrabe de forma distinta sus
pensamientos y creencias sobre sus planteamientos laborales.
Hay que trabajar dos
temas fundamentales: las metas que el desempleado quiere alcanzar y los recursos
y avances que podemos aprovechar a lo
largo del camino que se recorre.
LA PSICOECONOMÍA ES UN SENTIMIENTO, VOLVERÉ!!
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