El
anuncio aparecido en el Diario Sur de 17 de noviembre de 2015, sobre la puesta
en marcha de un Plan de Promoción del Urbanismo que, a instancia del Grupo
Socialista, se debatirá próximamente en la Diputación malagueña tras la
declaración de nulidad (STS 28/10/2015) del PGOU de Marbella 2010 (BOJA num 58
de 24/5/2010), nos ha parecido una buena oportunidad para
reivindicar –nuevamente- la necesidad de replantear y revisar muchos de los
problemas urbanísticos que la provincia de Málaga tiene pendientes.
Esta sentencia, y otras similares aparecidas en
estas mismas fechas, deben servir para volver a poner sobre el tablero de
trabajo de la provincia y reencontrarnos con una disciplina, el urbanismo, que
debe servir para resolver y ordenar los
problemas actuales y los retos de futuro que tenemos como comunidad.
Uno
de los territorios que en las últimas décadas ha sufrido en primera persona el tsunami urbanístico de nuestra Provincia,
la Axarquía, ha reaccionado provechosamente, y en tenaz y perseverante
reflexión sobre su situación urbanística, hoy muestra su clara y firme vocación de convertirse en
pieza clave del desarrollo del nuevo modelo de planificación y desarrollo que
Málaga exige y merece.
Son ya muchas e imparables las voces, foros, asociaciones e
instituciones engendrados y establecidos en esta incomparable Comarca que tanto
a nivel particular como colectivo trabajan desde hace años en ello y reclaman
la recuperación del urbanismo como instrumento de impulso del desarrollo
económico y sostenible de los territorios, garantista de la conservación del
medio natural y avalista del bienestar de los ciudadanos.
La
Axarquía ha aprendido urbanismo de forma cruda, descarnada. No ha tomado atajos, ni ha saboreado las mieles que
ofrecen –eventualmente- los
instrumentos de planificación urbanística que –como el de Marbella-
fueron redactados y aprobados con el
fin de legitimar una “metodología para la normalización urbanística” que
incluía una “valoración de infracciones urbanísticas” y la consiguiente
formulación de “Criterios Generales de Intervención e Instrumentación” para
obtener “unas soluciones urbanísticas adecuadas a las finalidades perseguidas”,
y un “coeficiente de ponderación de la infracción según el impacto que tal
infracción produce en la ciudad” (Memoria PGOU Marbella 2010).
La
declaración de nulidad de tal instrumento por la Sección Quinta del Tribunal
Supremo quien, en Sentencia de 28 de octubre de 2015 (Recurso Casación
1346/2014), ha “recordado” que <<…Este
tipo de planeamiento, no cuenta con respaldo legislativo, pues el mismo no
contempla “hacer ciudad “sino “rehacer ciudad,” pero rehacerla, no porque se
pretenda su rehabilitación, regeneración o renovación, sino porque la hecha, en
el pasado, lo ha sido de forma ilegal. Por ello, su destino, su razón de ser,
no es el futuro de Marbella, sino su pasado>>…<<…De este modo, se
desnaturaliza la auténtica finalidad de los planes si se apartan de la finalidad que le es propia y buscan
satisfacer otra en su lugar, o junto a
ella..>>, ha supuesto un varapalo para las expectativas de los
intervinientes en su redacción, aprobación así como en sus destinatarios.
El
territorio axárquico sabe y es consciente –por haberlo sufrido con agonía- de
las perniciosos secuelas e injustas generalizaciones que en la opinión pública
genera este tipo de resoluciones y la realidad en las que traen su causa, y se
brinda -una vez más- para ofrecer sus avances, compartir su investigación, divulgar
sus publicaciones, cooperar, contribuir y participar activamente en cualquier
iniciativa, plan o programa de desarrollo urbanístico que, desde el respeto al
sistema jurídico -del que tal disciplina forma parte integrante-, sea capaz de
transmitir mensajes de tranquilidad y promocione la imagen de estabilidad y
seguridad jurídica que la provincia necesita, requiere y demanda .
La
Axarquía lleva mucho tiempo trabajando en ello. Nunca ha querido conformarse
con la imagen que refleja hacia el exterior. Quiere superar su identificación
como destino de segunda residencia –ilegal-, de urbanismo descontrolado, de
espacio rural accesorio o de servicio de la ciudad o de alternativa barata de la costa. La Axarquía
es mucho más que eso. Su riqueza paisajística y medioambiental, es considerada
hoy por hoy por muchos, como cuna de la mayor parte de los recursos naturales
malagueños, pilar, aval y apoyo de un medio ambiente salutífero y guardián de
una parte significativa de nuestro patrimonio cultural.
La
Comarca de la Costa del Sol Oriental no cree equivocarse cuando reivindica,
además, su potencialidad económica y se estima precursora y pionera de las más
nuevas tendencias en la concepción de la actividad agropecuaria vinculada al
uso residencial de que dispone
la Provincia malagueña. La apuesta económica y sostenible de tan preciado,
único y exclusivo territorio está dispuesta y presta.
Ahora
es el turno de las instituciones públicas –Diputación y Mancomunidad Oriental-
que en el ejercicio de sus competencias han de conformar las estructuras
organizativas y de gestión precisas para encabezar y dirigir el cambio y
recuperar la concepción tradicional del urbanismo como instrumento dinamizador de la sociedad y de mejora de la calidad
de vida de sus habitantes, un urbanismo comprometido con el espacio como lugar
de solidaridad activa y en el que las personas son protagonistas y partícipes
de su propio desarrollo.
Vicente Seguí Pérez (economista urbanista) miembro de la
Red de Cooperación Advance. Miembro del Foro Teatinos y miembro de la Revista
Geometría. y Vicente Cervera Lucini (empresario, experto en sostenibilidad y
desarrollo de proyectos).