miércoles, 25 de septiembre de 2013

EL SOHO SOLO SERÁ SI LO PROTAGONIZAN SUS HABITANTES

El SOHO solo será lo que debe ser, un barrio vivo a cualquier hora del día, si sus habitantes lo hacen suyo, si se mueven por él con protagonismo; si emprenden con creatividad; si sus vidas se prolongan en sus calles, y se mestizan con turistas, trabajadores, artistas, punkies, tiendas, carteles, objetos; si sus sentimientos nos seducen al resto de los habitantes de la ciudad, solo en ese caso florecerá ese “barrio especial” que todos deseamos..

El SOHO no es un ente institucional, ni siquiera la prolongación de ninguna institución, hasta puede que no se lleve bien con ellas y esté mal visto que las instituciones paseen por su calles como tales.  No está mal que las instituciones colaboren, pero en aquello que protagonizan sus habitantes, en aquello que ellos quieren ser.. Es un acierto, no cabe duda, las propuestas de peatonalización de algunas calles y el cuidado y creativo diseño realizado; las inversiones que se están llevando a cabo, permiten entrever que es posible el nacimiento de “otra ciudad”, de otro barrio. Si los planes no se tuercen, el impacto se irá intensificando con nuevos proyectos, pero el SOHO aspira a honrar la capacidad creativa  de los seres humanos, a llenar sus arterias  de vida propia y diferente, a pensar que el arte, la música y la creatividad y el talento forman parte de esta ciudad.

Málaga necesita algo así, no cabe duda. Nos hemos creído que esto es posible, que el mercado sea calle, que lo “vintage” se mezcle en la escena urbana con lo gótico y lo moderno, que la música se refleje en las noches, que la gente entienda que el SOHO puede ser y ha empezado a ser un bien muy potente.

Todo no tiene que ser perfecto, ni todo bueno, pero todo tiene que estar vivo, atractivo, creíble, de tal modo puedas adquirir experiencias y hacer lo que quieras sin que nadie te juzgue. De norte a sur y de este a oeste, el SOHO debe respirar algo especial, mestizarlo todo, generar una eclosión de ideas y maneras de vivir, emprender y comerciar de maneras distintas, donde gentes con opiniones diferentes y abiertas de mente pasen por sus calles.


Nada de esto podrá ser si sus habitantes no se lo creen, si no lo hacen suyo, y lo protagonizan, como ocurre en todas las ciudades de verdad, pero en este caso debe ser “mas de verdad”, porque queremos que sea un SOHO, por tanto no nos equivoquemos, el SOHO solo será si lo hacen suyo y lo impulsan sus habitantes, sin ellos no tendremos SOHO por muy bonito que todo quede. Tendremos un escenario urbano vacío más.

lunes, 16 de septiembre de 2013

LA ERA DEL HIBRIDISMO URBANO (II)

Hubo un tiempo en que las palabras que llenaban la actividad urbanística estaban vivas. El verbo urbano era carne. La palabra urbanística era sagrada, y quienes conocían el secreto de las mismas tenían el poder.

Hoy todos es distinto. Políticos y urbanistas se desgañitan casi en vano. Las palabras ya no valen gran cosa. La secularización tiene su coste. Se olvidaron los grandes temas centrales y primordiales. Publicamos miles de artículos, leyes, conferencias y libros inútiles. Todo es inflación y devaluación. Como consecuencia nadie se fía del urbanismo, nuestra confianza con el urbanismo está devaluada, es meramente funcional, de ahí que necesitemos cada vez mas contratos, convenios, registros, aparato legal, instituciones....etc.

Nuestra época además de híbrida es escéptica. Acontecimientos minúsculos, inesperados o extraños provocan efectos impredecibles y se inscriben en la lógica de la complejidad. Estamos comprendiendo que ya no tenemos ni buenas ni malas propuestas o proyectos absolutos, sino diferentes articulaciones de los elementos urbanos que componen los sistemas urbanos finitos. De manera que nos da la impresión de que una ciudad es tanto más fértil y compleja cuanto más antagonismos albergue.

Resulta obvio en este contexto que todos los fundamentalismos que emergen, esa forma de entender la ciencia urbana de manera absoluta  y rígida, son intentos simplistas de atajar  ese trasfondo en que se están convirtiendo nuestras ciudades: hibridismo y fluidez. Esta inseguridad que nos produce esta situación  es utilizada por algunos movimientos para socavar la racionalidad democrática de nuestras ciudades, substituyendo el dialogo y la participación o la colaboración del ciudadano por la exhibición de gesto mediático o profesional demagógico..


Lo cierto es que para sobrevivir a esta provisionalidad, complejidad e incertidumbre se requiere unas reservas de “libertad inteligente” que no todas las ciudades poseen. Esta situación nos lleva a que es conveniente cada vez mas que distingamos entre “ciudad pública”, “ciudad privada” y “ciudad intima”. Algunas ciudades tienen “ciudad pública”, todas tienen “ciudad privada”, pero muy pocas tienen “ciudad intima”. La compensación a este hibridismo urbano  solo puede proceder de la “ciudad intima”. Uno puede tener, desde ahí, confianza en la realidad urbana sin necesidad de tener un urbanismo dogmático e impuesto. Uno puede abandonarse al gozo de la libertad, a tomar de aquí y de allá, a volver al origen y construir el presente, al fin y al acabo esta ha sido una de las conquistas fundamentales de la modernidad: el derecho de cada ciudad a ser cada cual. Un derecho que pocas ejercen.

LA ERA URBANA DEL HIBRIDISMO (I)

Se me antojan cada vez mas bizantinas las grandes disquisiciones sobre conceptos urbanos absolutos, a lo mejor es porque soy economista y estoy acostumbrado a convivir con lo relativo. Lo cierto es que hoy día nuestras ciudades pertenecen a la era de la fluidez y el hibridismo. Los actos urbanos son cada vez mas relativos y provisionales. Los territorios urbanísticos son interdisciplinarios. El mismo urbanismo es urbanismo aplicado y casuística. Hablar de ciudades híbridas es hablar de ciudades con identidades múltiples, a modo de un collage de mestizaje cultural. Todo es una mezcla poco consistente de proyectos y actitudes urbanas dispersas. De esta gran matriz urbana se pueden extraes múltiples combinaciones, caben todas las combinaciones imaginables , también las inimaginables, para acierto o desgracia.

En esta ciudad híbrida todo se interconecta, en algunos casos es posible que podamos hablar de causalidad, pero esta ya nunca será lineal sino inscrita en redes complejas. Todo es colectivo, interdependiente, relaciones improbables, fenómenos generalizados de ecología no lineal.

En las ciudades híbridas todo incide sobre todo, incluso puede ocurrir que no incida. Los caminos que conducen a los distintos espacios urbanos o a las distintas soluciones son múltiples. Estamos atraídos por este sincretismo escéptico  en el que todo se puede cruzar, combinar y conectar. Estamos en una época de hibridismo, al que solo podemos aportar o desear que sea lúcida, justa e igualitaria.


Los grandes reatos urbanos se disgregan , el pluralismo es el trasfondo de nuestro tiempo, y pluralismo en términos urbanos significa espacio laico. Lo que deseamos es que este espacio laico no sea indigente mental, ni degradación o dispersión perezosa, ni pensamiento errático, ni frases hechas repetitivas, ni espacios urbanos yermos sostenidos sobre palabras demasiadas usadas.