La Fundación Ciedes si no existiera habría que inventarla, aunque también es cierto que no siempre ha estado a la altura de las circunstancias y transcurre sus días con un tono trasnochado y falto de critica, análisis y motivación. Esta Fundación debería ser más protagonista de estos tiempos, necesitamos mas vitalidad por parte de Ciedes. La ciudad y sus habitantes necesitan de estas instituciones civiles y más en momentos como los que estamos viviendo desde que empezó la brutal crisis del 2008. La Fundación Ciedes se creó para liderar el Plan Estratégico de Málaga, y si en algún momento ha sido importante la reflexión estratégica es en estas circunstancias. Necesitamos que la Fundación Ciedes asuma el liderazgo para lo que fue creada, que en estos mementos significa plantearse estrategias y caminos para salir de este lió descomunal en que nos han metido.
El concurso del que hablamos nació porque algunos de los
miembros de la Fundación se negaron ha seguir la ruta marcada de embovedarlo,
gran ambición además de lobby del cemento y del cuerpo de ingenieros mas
conservadores. De ese debate, como mal menor, se acordó una salida: hagamos una
convocatoria desaliñada, sin compromisos de ningún tipo, para ver que nos dicen
los profesionales y los ciudadanos y ya veremos después que hacemos. Eso sí,
debiendo cumplir todos los concursantes las exigencias que los técnicos
hidráulicos del Ministerio planteaban.
Con todas sus deficiencias el concurso se lanzó. El jurado
no era muy técnico, pero si había una parte importante de la sociedad civil. Y
el resultado algunos no se lo esperaban. Todavía no he tenido la oportunidad de
ver con detenimiento las propuestas, lo que haré en los próximos días, pero
desde el primer día algunas cosas han quedado claras:
1.- El éxito mediático y profesional ha sido muy importante.
La convocatoria libre aunque desaliñada, ha permitido reconocer y palpar que la
“calle”, los profesionales y técnicos, tienen de propuestas, ideas y capacidad
de creación para dar salidas a los problemas de la ciudad, con solvencia,
imaginación, honestidad, compromiso y responsabilidad, que la administración
pública hoy no es capaz de detectar.
2.- Ninguna solución apuesta por embovedar el río. Las
teorías conservadoras llevan años insistiendo que el rió es una herida en la
ciudad, una cicatriz que hay que eliminar, que provoca la segregación histórica
entre el este y el oeste, que impide el desarrollo urbanístico y la
accesibilidad. Todas estas teorías han quedado en entredicho, el río nunca ha
sido una herida sino mas bien una bendición para esta ciudad. Esta ciudad es el
resultado de la generosidad y el dialogo entre el Monte Gibralfaro, el río y el
mar.
3.- Todas las soluciones apuestan por la sostenibilidad y la
gestión eficiente y poco costosa de la naturaleza y los recursos hidráulicos.
4.- Las propuestas sobre el río tienen tal amplitud y nivel
de soluciones, que el actual Plan General de Málaga ha quedado totalmente en
entredicho por su incapacidad de acomodarse a las soluciones ilusionantes y
rentables que las propuestas plantean y que los ciudadanos quieren.
5.- Este concurso ha supuesto un punto de inflexión. Las
cosas pueden hacerse mejor y distintas. Esperemos que el concurso ahora no se
congele en un cajón o se desvirtúe o manipule. Mas bien al contrario sirva de
punto de arranque para experimentar modos nuevos de hacer ciudad, nuevas opciones
y concursos. Necesitamos nuevos caminos urbanísticos y esos están en la “calle”
. La Fundación Ciedes no puede ser ajena a los deseos y aspiraciones de todos
los ciudadanos.