jueves, 26 de julio de 2012

EL CONCURSO DEL RIO GUADALMEDINA: UN PUNTO DE INFLEXIÓN PARA EMPEZAR A MIRAR LA CIUDAD DE UNA MANERA DISTINTA.

Las cosas siempre cambian según en que dirección miramos, donde ponemos la atención, desde que posición nos colocamos, a favor de qué o de quién. La gran virtud que tiene la exposición del concurso del río Guadalmedina, es que todos los paneles en la sala miran a la ciudad desde el rió, el río es el sujeto de la atención, el río determina las propuestas, el río es reconocido como sujeto activo de la ciudad. ¿Qué le interesa al río de la ciudad? se preguntan. Y que distinto es todo cuando respondemos . O mejor que distinto podría ser todo. Estamos tan acostumbrados a que la ciudad lo absorba todo, lo quiera todo, que no podemos pensar que la naturaleza , lo que pensamos que no es ciudad también puede querer cosas de la ciudad y al entenderlo, al abandonar el ego urbano, ese simple acto de generosidad, cómo hace cambiar las cosas, como cambia para bien la ciudad. Siempre dar nos beneficia.

Y ello que los concursantes de alguna forma son cautos, desde los márgenes del río a penas se introducen en los barrios limítrofes. ¿Qué le ocurriría a la ciudad, si esta empezara a verse desde los montes, el río, el mar, los valles, las laderas...desde lo que no es ciudad?, estoy seguro todo sería más bello.

Al menos una cosa queda evidente en todos los paneles, el río no hay que embovedarlo, no hay que taparlo, ni esconderlo, no es ninguna cicatriz, ni ninguna herida, mas vbien al contrario cuanto mas río tenemos mejor ciudad tenemos. Que barbaridad embovedar el río para después tener que volver a inventarlo, encima de lo tapado. Hemos descubierto que podemos gestionar el embalse del Limonero y dotarnos de una solución hidráulica poco costosa, que nos produce río y ciudad al mismo tiempo que nos da nuevas oportunidades. Podemos eliminar los muros que nos separan, para que el río se adentre en la ciudad y la ciudad en el río, todo es distinto. Cuantas cosas más pueden ser distintas, nos preguntamos y ello solo con un cambio de percepción.. Podemos cambiar la realidad simplemente con un cambio de posición, con una forma distinta de mirar, de pensar, podemos construir una nueva realidad, una nueva ciudad.

Lo curioso es que cuando se entra al CAC a ver la exposición del concurso al fondo a la derecha, tienes que pasar por una maravillosa exposición de Luis Gordillo, de manera que uno se plantea si Fernando Francés cuando tuvo que elegirla ya sabia que en la sala del fondo iba a estar expuesta la exposición del río. Seguro que no, todo es una casualidad. Pero que bien está recorrer la exposición de Gordillo cuando entras y cuando sales, cuantas cosas tienen de parecidas ambas exposiciones. Hasta el nombre “Horizontalidad”. El río aporta horizontalidad a la ciudad, los ríos siempre han dotado de horizontalidad al paisaje. La forma de dibujar de Gordillo, la multiplicidad de sus propuestas, la diversidad de sus formas, la morfología de sus ideas y no obstante la uniformidad del conjunto, el cuadro por encima del autor. Esa Serie Limo de 1991 que nos encontramos nada más entrar...nos acerca a la espina  dorsal de la ciudad que es el río.

No quisiera profundizar en los paneles, ni en los premios. En general las propuestas tienen aciertos, indudablemente unas más que otras, los premios son acertados. Solo espero que este ejercicio, esta forma de mirar la ciudad, no quede anulada. Tenemos una oportunidad histórica de empezar a mirar las cosas de una forma distinta que además nos da mejores resultados. Este concurso debe ser un punto de inflexión. Las ciudades o dejan de ser el centro del egoísmo y la codicia o no serán ciudad, ni ciudadanía.


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