Y ello que los concursantes de alguna forma son cautos,
desde los márgenes del río a penas se introducen en los barrios limítrofes.
¿Qué le ocurriría a la ciudad, si esta empezara a verse desde los montes, el
río, el mar, los valles, las laderas...desde lo que no es ciudad?, estoy seguro
todo sería más bello.
Al menos una cosa queda evidente en todos los paneles, el
río no hay que embovedarlo, no hay que taparlo, ni esconderlo, no es ninguna
cicatriz, ni ninguna herida, mas vbien al contrario cuanto mas río tenemos
mejor ciudad tenemos. Que barbaridad embovedar el río para después tener que
volver a inventarlo, encima de lo tapado. Hemos descubierto que podemos
gestionar el embalse del Limonero y dotarnos de una solución hidráulica poco
costosa, que nos produce río y ciudad al mismo tiempo que nos da nuevas
oportunidades. Podemos eliminar los muros que nos separan, para que el río se
adentre en la ciudad y la ciudad en el río, todo es distinto. Cuantas cosas más
pueden ser distintas, nos preguntamos y ello solo con un cambio de percepción..
Podemos cambiar la realidad simplemente con un cambio de posición, con una
forma distinta de mirar, de pensar, podemos construir una nueva realidad, una
nueva ciudad.
Lo curioso es que cuando se entra al CAC a ver la exposición
del concurso al fondo a la derecha, tienes que pasar por una maravillosa exposición
de Luis Gordillo, de manera que uno se plantea si Fernando Francés cuando tuvo
que elegirla ya sabia que en la sala del fondo iba a estar expuesta la
exposición del río. Seguro que no, todo es una casualidad. Pero que bien está
recorrer la exposición de Gordillo cuando entras y cuando sales, cuantas cosas
tienen de parecidas ambas exposiciones. Hasta el nombre “Horizontalidad”. El
río aporta horizontalidad a la ciudad, los ríos siempre han dotado de horizontalidad
al paisaje. La forma de dibujar de Gordillo, la multiplicidad de sus propuestas,
la diversidad de sus formas, la morfología de sus ideas y no obstante la
uniformidad del conjunto, el cuadro por encima del autor. Esa Serie Limo de
1991 que nos encontramos nada más entrar...nos acerca a la espina dorsal de la ciudad que es el río.
No quisiera profundizar en los paneles, ni en los premios. En
general las propuestas tienen aciertos, indudablemente unas más que otras, los
premios son acertados. Solo espero que este ejercicio, esta forma de mirar la
ciudad, no quede anulada. Tenemos una oportunidad histórica de empezar a mirar
las cosas de una forma distinta que además nos da mejores resultados. Este
concurso debe ser un punto de inflexión. Las ciudades o dejan de ser el centro
del egoísmo y la codicia o no serán ciudad, ni ciudadanía.
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