.El viernes pasado estuve en la clausura y presentación de
los trabajos que realizaron los 6 equipos formados por alumnos del Taller
acompañados por sus profesores, en la Escuela de Arquitectura de Málaga. Los
comentarios fueron unánimes , seguramente resultó el mejor de los cuatro
Talleres realizados hasta la fecha. Limitar mejor la escala de la
intervención a un tamaño intermedio, en
donde arquitectura, urbanismo y reflexión social aparecen con mas claridad como
cara de una misma moneda, resultó un acierto. La pieza elegida como ya sabéis
es la que está de moda este verano: el Ensanche Heredia. Quien iba a decir que
este pequeño ensanche hacia el puerto y el río, mal definido y sin conexiones claras, hoy fuera el objeto
deseado de la ciudad.
Se anunció, a su vez, el V Taller para el año que viene y
algunas de las mejoras que se quieren incorporar fueron: intensificar los
contactos entre la dirección del Taller, los profesores y los alumnos;
adelantar la convocatoria para potenciar las relaciones; reflexionar de que
manera se puede compensar con nuevos alicientes o ingredientes el esfuerzo económico y docente que realizan
los alumnos; aumentar el tiempo de duración del Taller, manteniendo la semana
presencial e incorporando tres semanas
no presenciales...
Lo que quedo en cualquier lugar evidente, es que el nivel de
productividad y talento que se produce en tres días de Taller es impresionante.
Resulta casi poco creíble que seis
equipos en tres días puedan producir tal nivel de análisis urbano y
propositito, con unas presentaciones gráficas que superan bastante el nivel de
trabajos que suelen tardar seis o doce meses. Con la exigencia de la dirección
del Taller de que dediquen el 80% del
tiempo expositito a justificar la
propuesta. El manejo y el desparpajo técnico y gráfico, el manejo de lenguajes
informáticos, de sugerir imágenes y propuestas, de los alumnos nos hace pensar que la arquitectura empieza
a encontrar salidas competitivas que exigen costes mas bajos y mayor capacidad
de creatividad en menos tiempo. No podemos esperar un año y hasta siete para dar una propuesta, ese
tiempo se ha acabado.
Todas las propuestas surgieren múltiples imágenes y
lenguajes, pero con dos ideas fuerza comunes: hay que apostar por los
itinerarios verdes que conecten el
parque y monte de Gibralfaro para “adueñarse” del borde del mar; el puerto no
puede seguir siendo una barrera, hay que diluir el borde del puerto creando
espacios públicos verdes (filtros vegetales) y conexiones verticales ; el
volumen edificado es mejor llevarlo a una torre (con forma orgánica o
rectilínea) cerca de la desembocadura del río en donde acumulemos los usos
terciarios y comerciales. La propuesta debe ser “resilente” es decir debe tener
capacidad de adaptarse, de posibilitar “ciudad liquida”, “acqua vissuta” (agua
viva): el mar no es independiente de la ciudad..
La actual propuesta del PE. Del Puerto quedó muy entredicho,
al seguir insistiendo en construir barreras entre la ciudad y el mar, esta idea
dejaría al ensanche Heredia y al Casco Histórico encerrado y bloqueado. CAC,
Catedral y Aduana, junto con el monte Gibralfaro, el Parque y la plaza de la Marina constituyen un eje
que debe encontrar salida hacia el mar , hacia la Bahía, desviarlo hacia la
Alameda en dirección al oeste sin dirección clara no deja de ser un error o
cuando menos una no acertada interpretación del espacio físico y urbano de la
ciudad. La ciudad debe volverse hacia el mar, y en esta dirección hay mucho que
hacer.