El conocimiento de la potencialidad de los
territorios, es una de las grandes aventuras del ser humanos. Descubrir,
conocer, aprender, son constantes que el paso del tiempo no ha variado. Conocer
que podemos hacer en un territorio, como mejorarlo y generar beneficios para
las sociedades que se asientas en ellos, es, sino la idea más antigua del
hombre, seguro que está entre los tres primeros pensamientos que se crearon
segundos después del desarrollo del lenguaje.
Ejemplos los encontramos, donde miremos.
El hombre de Cro-Magnon tuvo que enfrentarse a un gran problema. En su
territorio, la caza había disminuido considerablemente, debido al cambio
climático, produciéndose una crisis social, cultual. Sin caza no hay
supervivencia.
Se enfrenta a un problema, ¿cómo potenciar
los territorios donde viven?
La solución vino con el desarrollo de la
ganadería y de la ganadería llegó la trashumancia…..
Otro ejemplo lo encontramos en 1.573, en
Sevilla se produjeron fuertes sequias y hambrunas, lo que empujó al ecónomo de
un centro benéfico de la ciudad a comprar unos nuevos tubérculos (la patata,
traída desde Perú), que debido a la escasa aceptación que tenían, eran vendidos
a precios irrisorios. Así se empezó a plantarlas en la huerta del hospital. De
esta manera se convirtió en el principal alimento para los enfermos
hospitalarios. Debido a que era muy barato y que se obtenían magníficos
resultados, se empezó a plantar patatas en los alrededores de Sevilla,
posteriormente se fue extendiendo por España y Europa (para soldados, enfermos
e indigentes)………………
Como ejemplo más actual, podemos verlo en
1.959, en Israel siendo la mayor parte del territorio de desforestación, la
mayoría es desierto, Simcha Blass y su hijo Yeshayahu, inventan la moderna
tecnología del riego por goteo. Consiguiendo un importante retroceso de la
desforestación y convirtiendo en positivo lo que a priori era un territorio sin
ninguna potencialidad.
Para los que trabajamos en empleo es muy
importante el conocimiento de la potencialidad de los territorios donde
intervenimos. Aunque esto es un deseo querido por todos la mayoría de las veces
se trabaja bajo un enfoque de trabajo de “arriba a abajo”. Se suelen recibir
informes, estadísticas, prioridades etc….desde lugares ajenos al territorio
donde actuamos. Una vez recibidos la mayoría de la veces se desechan por estar
alejados a la realidad de nuestro territorio, otras se intenta inferir las
informaciones para poder casarlas en nuestro día a día y en otras son aceptadas
como los Diez Mandamientos bajados por Moisés del monte Sinaí.
Los territorios son espacios poco
lineales, claros, y sencillos. El cien por cien de los territorios son únicos,
basados en múltiples interacciones dentro de los territorios y con otros
territorios, con fenómenos de retroalimentación constantes que influyen en la
conducta de sus ciudadanos. Generando problemas y dificultades de desarrollo,
siendo esto el síntoma que expresa la enfermedad del territorio y al que
rápidamente etiquetamos creando un estigma que difícilmente podrá quitarse.
Es por ello que debemos huir de las etiquetas,
debemos conocer cuáles son los patrones de comunicación y las pautas de
interacción que se encuentran alteradas en el territorio. Los síntomas que nos
muestras los territorios son solo dinámicas disfuncionales aprendidas durante
años. Debemos conocerlas para intervenir en ellas y generar pequeños cambios
que produzcan unas mínimas variaciones en el sistema para que este evolucione a
otras totalmente diferentes. Sucediendo así, que una pequeña perturbación de
las conductas problemas, podrá generar un efecto considerablemente grande a
corto o medio plazo de tiempo.
Para conseguir este conocimiento se debe
trabajar desde un enfoque sistémico de abajo a arriba.
Hay que reconocer los nucleos gordianos de
los que está fomado el sistema territorial.
Comprender y aprender de la complejidad de
un territorio para reforzar las conductas positivas de cambio y extinguir las
conductas negativas.
Asumir las interdependencias dentro del
territorio como entre territorios.
Desde enfoque sistémico debemos considerar
los territorios como un sistema humano cuyos miembros mantienen relaciones
recíprocas y multidireccionales entre sí. Cuando uno de los miembros afronta
una dificultad, todos los miembros interrelacionan directa o indirectamente a
esa situación, de tal forma que si se tiene un propósito transformador de la
dificultad, el abordaje es más efectivo y apropiado si se toma en cuenta todo
el sistema territorial, y no únicamente el estigma que manifiesta el síntoma o
que exterioriza una dificultad, ya que el resto también sufre las
consecuencias.
En definitiva, queremos que empleo sea
como Frederick Albert Cook quien fue un explorador y medico estadounidense
quien en 1906, lideró una expedición al monte Mckinley y se adjudico la llegada
a la cima, pero luego se comprobó la falsedad de su afirmación. La fotografía
fue tomada en una pequeña colina?. O cuando en 1909, afirmo haber llegado al
Polo Norte , pero no pudo presentar pruebas, siendo declaradas fraudulentas?.
O como James Cook quien fue navegante,
explorador y cartógrafo británico. Realizó tres viajes por el océano Pacífico,
durante los cuales describió con precisión grandes áreas, muchas islas y
costas.
Remanguémonos las mangas y seamos como
James Cook, exploradores de nuestro territorio. No nos creamos los diagnósticos
estigmatizadores, las tierras planas, los territorios vacios, sin solución, sin
esperanza.
LA PSICOECONOMÍA ES UN SENTIMIENTO,
VOLVERÉ!!!